Jerusalén. EFE y AFP. Israel afronta un grave deterioro de la seguridad, con la muerte en dos días de cuatro israelíes en ataques palestinos y violentos disturbios en Cisjordania y Jerusalén Este, que despiertan el fantasma de una nueva intifada.
Aunque la actual espiral de violencia se inició hace tres semanas con duros choques entre palestinos y fuerzas de seguridad israelíes en la explanada de las Mezquitas de Jerusalén, en los últimos días no ha hecho más que intensificarse, lo que ha despertado el temor de que quede fuera de control y en manos de extremistas de ambos bandos que traten así de tomarse la justicia por su mano.
La Ciudad Vieja de Jerusalén vuelve a ser el epicentro del enfrentamiento una década después de concluir el último alzamiento popular armado palestino, la “segunda intifada” (2000-2005), con ramificaciones que se extienden por todo el territorio de Cisjordania.
El sábado murieron en la Ciudad Vieja dos israelíes y otras tres personas resultaron heridas , entre ellas una mujer y un niño de 2 años, en un ataque perpetrado por un palestino de 19 años y oriundo de El Bire, cerca de Ramala, quien fue ultimado por las fuerzas de seguridad israelíes en el lugar de los hechos.
Las dos víctimas mortales fueron enterradas el domingo en un multitudinario funeral al que asistió el presidente israelí, Reuvén Rivlin, quien pidió a los participantes que no dejen de visitar la Ciudad Vieja de Jerusalén pese a sucesos como este, que fue reivindicado por el grupo fundamentalista Yihad Islámica.
Palestinos fuera. Ante el alza en la tensión, el Gobierno de Israel decidió este domingo cerrar la Ciudad Vieja a los palestinos , en tanto el primer ministro Benjamín Netanyahu definió la situación como un “combate a muerte contra el terrorismo palestino”.
El casco antiguo de Jerusalén parecía una ciudad atrincherada, con tiendas cerradas, callejones casi vacíos y puertas custodiadas por cientos de policías.
Es la primera vez que las autoridades toman esta medida, según la portavoz de la Policía, Luba Samri. Durante 48 horas solo israelíes, residentes de la Ciudad Vieja, turistas, empresarios y estudiantes podrán entrar.
El acceso a la explanada de las Mezquitas fue prohibido a los hombres de menos de 50 años.
Según un balance de la Media Luna Roja (equivalente a la Cruz Roja) palestina, al menos 77 palestinos resultaron heridos por disparos israelíes en las últimas 24 horas, 18 por balas reales y 59 por bales de goma.
En la Cisjordania ocupada también aumentó la tensión. El domingo en la tarde decenas de jóvenes palestinos se enfrentaron con soldados israelíes a la salida de Ramala, cerca del punto de paso de Bet El.
El primer ministro Netanyahu declaró ue su país está “librando una lucha a muerte contra el terrorismo palestino”, y ordenó nuevas y duras medidas tras los ataques que cobraron la vida de dos israelíes en Jerusalén.
“Estas medidas incluyen, entre otras, la demolición más rápida de las casas de los terroristas”, dijo a su regreso de Nueva York, tras haber hablado en la Asamblea General de la ONU.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, “está profundamente preocupado de que estos últimos incidentes marquen un peligroso avance hacia una escalada”, señaló un comunicado en el que hizo un llamado a la calma.
En una conversación telefónica con Ban, el presidente palestino, Mahmud Abás, pidió la protección internacional del pueblo palestino ante los ataques de los colonos, señaló la presidencia.