Caracas
Un enfrentamiento entre Venezuela y los cuatro países fundadores del Mercosur -Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay- sumió a este organismo regional en una crisis cada vez más grave, luego de que estos últimos asumieron la presidencia rotativa del bloque, en lugar de Venezuela, y amenazaron con suspender al país petrolero si no cumple con "sus obligaciones".
La decisión la dio a conocer el miércoles en la madrugada la cancillería brasileña, en un comunicado en el cual informó de que los cuatro socios adoptaron una declaración conjunta sobre el tema.
Pero con el alegato de que las decisiones en el Mercado Común del Sur (Mercosur) se toman por "consenso y respetando las normas de funcionamiento", el gobierno de Nicolás Maduro desconoció la medida y dijo que no tolerará "violaciones a los tratados" del grupo.
La canciller venezolana, Delcy Rodríguez, remarcó que su país está en "ejercicio pleno" de la presidencia del mecanismo, al que Caracas se adhirió en el 2012 sin que hasta el momento haya ratificado normas económicas y políticas, incluidas las relacionadas con derechos humanos.
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Caracas rechazó la decisión de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay de fijar el 1.° de diciembre como fecha límite para que el país caribeño cumpla los requisitos para ser considerado miembro pleno de ese bloque regional.
Uruguay, que no se había pronunciado al respecto, avaló la decisión de emplazar a Venezuela a que dé "cumplimiento a las obligaciones asumidas en su protocolo de adhesión" al Mercosur antes de aquella fecha.
El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, José Serra, manifestó que si al vencer el plazo Venezuela no cumple los compromisos que asumió cuando ingresó al bloque, será suspendida.
Presidencia colegiada. La declaración firmada por los ministros de Relaciones Exteriores puntualizó que "la presidencia del Mercosur en el actual semestre no será transmitida a Venezuela, sino que será ejercida mediante la coordinación entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay".
En consecuencia, los cuatro países podrán "adoptar las decisiones necesarias en materia económico-comercial y en otros temas esenciales para el funcionamiento del Mercosur", así como "en las negociaciones comerciales con terceros países o con bloques de países", precisó la declaración.
Además, señaló al gobierno de Maduro -que enfrenta a una grave crisis económica por la caída de los precios del petróleo- que su país será "suspendido del Mercosur " de no adoptar el conjunto de sus acuerdos y normativas jurídicas.
Venezuela debía asumir la presidencia del bloque en julio, después de Uruguay, siguiendo un orden alfabético de sucesión. Hasta ahora solo tenía el respaldo de Montevideo.
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Revés diplomático. Esa determinación "es un golpe muy duro", declaró Raquel Gamuz, profesora de política exterior de la Universidad Central de Venezuela (UCV), quien consideró que Maduro "pretende participar en organismos multilaterales de la misma manera como gobierna, (pero) existe una normativa y Venezuela no la está cumpliendo".
La oposición celebró la sanción como una "derrota" del mandatario socialista, a quien busca sacar del poder mediante un referendo revocatorio antes del 10 de enero del 2017.
Maduro "fue derrotado por Mercosur, la comunidad internacional hoy está clara sobre la realidad (de Venezuela), donde se violan los derechos humanos y no hay democracia", declaró Luis Florido, presidente de la Comisión de Política Exterior del Parlamento, de mayoría opositora.
Varios analistas consideraron el miércoles que, ahora, Venezuela se expone a quedar en el aislamiento luego del portavoz que le propinó el Mercosur.
"Hasta ahora Venezuela contaba con el apoyo de Uruguay para asumir la presidencia del Mercosur, pero con el consenso de los cuatro miembros el gobierno de Maduro queda completamente aislado", consideró Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano, un centro de análisis con sede en Washington.
Ees una "pérdida para el Gobierno venezolano, pero no para el Mercosur", comentó la académica Elsa Cardozo, de la UCV.
Según ella, el Mercosur veló por sus "reglas -que incluyen protocolos democráticos y de derechos humanos- y propósitos, como las negociaciones con la Unión Europea", con las que Venezuela "no quería ni podía" comprometerse.
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Los incumplimientos de Venezuela "eran tolerados (...) hasta finales del gobierno de Chávez y muy en los inicios del de Maduro. Pero ese balance cambió junto con la pérdida de capacidades materiales y legitimidad del gobierno de Maduro", agregó.
Tensiones internas. La crisis se produce en un momento delicado para el bloque suramericano, que relanzó las negociaciones de un tratado de libre comercio con la Unión Europea (UE).
Las tensiones entre el gobierno de Maduro y sus socios aumentaron desde la llegada al poder de gobiernos liberales de centroderecha en Argentina -donde Mauricio Macri ganó las elecciones a fines del 2015- y en Brasil, donde Michel Temer asumió la presidencia tras la destitución este año de la mandataria de izquierda Dilma Rousseff.
El canciller José Serra afirmó la semana pasada que "Venezuela vive bajo un régimen autoritario, no democrático" y argumentó que "un país que tiene presos políticos no puede ser un país democrático".
El Mercosur atraviesa una de sus peores crisis, solo equiparable a la que generó la suspensión de Paraguay en el 2012 luego de un juicio parlamentario que destituyó al presidente de izquierda Fernando Lugo. Fue precisamente en ese período que Argentina, Brasil y Uruguay aprobaron el ingreso de Venezuela, a la que se oponía Asunción.