Gaza. Miles de palestinos huyeron este viernes del norte de la franja de Gaza, después de que Israel los instara a evacuar la zona antes de una posible invasión del enclave, en una escalada bélica que amenaza con convertirse en una “catástrofe humanitaria”, según la ONU.
Las bombas israelíes caen sobre Gaza sin cesar desde la incursión llevada a cabo desde ese territorio, el sábado pasado, por el movimiento islamista Hamás.
En ese ataque, más de 1.300 personas, en su mayoría civiles, murieron en Israel. Según el Ejército israelí, se trata del más letal atentado de la historia del Estado hebreo,. En la lista de fallecidos, figuran 258 militares, precisó.
El Ejército indicó también que encontró los cadáveres de 1.500 combatientes de Hamás que se infiltraron en el país.
Los milicianos secuestraron además a unas 150 personas, cuya presencia en Gaza complica una eventual invasión israelí.
En Gaza, el número de muertos por los bombardeos se eleva a 1.900, casi un tercio de ellos (614), niños, según el Ministerio de Salud de Hamás, que desde el 2007 gobierna este convulsionado y paupérrimo territorio de 362 kilómetros cudarados.
Netanyahu: “Apenas el inicio”
Israel instó hace poco más de 24 horas a aproximadamente 1,1 millones de residentes en el norte de Gaza, casi la mitad de la población del enclave, a abandonar sus hogares de inmediato por motivos de seguridad y protección.
“Nuestros enemigos apenas empezaron a pagar el precio. No puedo divulgar lo que viene a continuación, pero les diré que esto apenas es el inicio”, afirmó, por la noche, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Según el Ejército, este viernes 13 había realizado “incursiones contra lugares determinados dentro del territorio de la franja de Gaza (...) para limpiar la zona de terroristas y de armas” y para “localizar a personas desaparecidas”.
“Lucharemos como leones por nuestro hogar. No perdonaremos y no olvidaremos nunca la barbarie de nuestros enemigos y no dejaremos que nadie en el mundo olvide los horrores infligidos al pueblo judío”, proclamó el gobernante ultraconservador, quien antes de esta escalada bélica, enfrentaba un fuerte movimiento opositor en la sociedad israelí.
Hamás rechazó "la amenaza de los líderes de la ocupación (israelí) y sus llamados a dejar sus casas y huir hacia el sur o hacia Egipto".
La orden de evacuación apuró la salida de miles de habitantes del norte de la Franja, quienes huyeron en carro o a pie hacia el sur, aunque sin esperanzas de salir del enclave por el lado israelí ni por su único paso con Egipto, país que poco quiere tener en su terrotorio una crisis de refugiados. La población de Gaza se está quedando, además, sin agua, electricidad ni alimentos, debido al “asedio total” impuesto por Israel.
Muchos habitantes de Gaza se niegan a partir
El exilio es una cuestión dolorosa en el enclave, donde más del 80% de sus habitantes son refugiados o descendientes de refugiados que abandonaron sus pueblos o fueron expulsados cuando se creó Israel en 1948.
"¿Qué quiere el mundo de nosotros? Yo ya estoy refugiado en Gaza y ¿quieren que me vaya otra vez?", cuestionó Mohammed Jaled, un habitante de 43 años.
"¿Quieren que durmamos en las calles con nuestros hijos? ¡Me niego! ¡No quiero esta vida indigna!", expresa Mohammed Abu Ali, del campo de refugiados de Shati, el mayor de Gaza, en el norte de la Franja.
Protestas árabes
Miles de personas se manifestaron en las capitales de Irak, Irán, Jordania, Arabia Saudita y otros países musulmanes en apoyo a los palestinos.
También hubo protestas en Bahréin, donde el secretario estadounidense de Estado, Antony Blinken, llegó el sábado como parte de una gira regional para tranquilizar al mundo árabe.
El presidente palestino, Mahmud Abás, equiparó el desplazamiento masivo de palestinos a una segunda Nakba ("catástrofe" en árabe), el exilio de 760.000 palestinos durante la guerra de 1948. Su primer ministro, Mohammed Shtayyeh, acusó a Israel de perpetrar un "genocidio".
Arabia Saudita rechazó “categóricamente” cualquier desplazamiento de población en la franja de Gaza y condenó el bombardeo de “civiles sin defensa”.
Las voces de alarma se multiplican ante una posible invasión terrestre de Gaza.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, llamó a Israel a "evitar una catástrofe humanitaria" y pidió un "acceso humanitario inmediato a Gaza, para poder llevar combustible, alimentos y agua a todos los que lo necesiten".
En tanto, el presidente estadounidense, Joe Biden, reiteró su compromiso de entregar a Israel “lo que necesite para defenderse y responder a estos ataques”, pero se distanció de la furia vengadora de Netanyahu.
“No podemos perder de vista el hecho de que la abrumadora mayoría de los palestinos no tuvo nada que ver con Hamás ni los atroces ataques de Hamás, y que también está sufriendo como resultado de ello”, afirmó Biden en un discurso en Filadelfia.
El letal ataque de Hamás contra Israel no justifica la "destrucción ilimitada" del enclave palestino, advirtió por su lado el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
Otros frentes
En Cisjordania ocupada, al menos 16 palestinos murieron en enfrentamientos con las fuerzas israelíes durante manifestaciones de apoyo a la franja de Gaza, según el Ministerio de Salud palestino.
El Ejército israelí bombardeó los alrededores de varias ciudades fronterizas del sur de Líbano, tras una explosión en la valla fronteriza entre ambos países.
Un periodista de la agencia Reuters murió y otros seis de AFP, Reuters y Al Jazeera resultaron heridos en esos ataques, informaron los tres medios de comunicación.
El grupo estaba cerca de Alma al Shaab, en la frontera con Israel, cuando fue alcanzado por bombardeos transfronterizos, indicó uno de los corresponsales heridos de esta agencia.
“Nos entristece profundamente saber que nuestro camarógrafo, Issam Abdallah, ha sido asesinado”, declaró Reuters en un comunicado.
Esa región es un bastión del movimiento chiita proiraní Hezbolá, que se dijo "totalmente preparado" para unirse a Hamás en el momento propicio.
Las fuerzas israelíes dijeron el sábado que habían “atacado un blanco terrorista de Hezbolá en el sur de Líbano” en respuesta al cruce fronterizo de un dron.