Omar Oil Field, Siria. Las fuerzas kurdo-árabes apoyadas por Estados Unidos que tratan de acabar con el último reducto del Estado Islámico (EI), en el este de Siria, llevaban a cabo operaciones de desminado y búsqueda de túneles el viernes, mientras el número de yihadistas extranjeros detenidos no dejaba de aumentar.
El tiempo lluvioso y las preocupaciones con civiles atrapados en los últimos reductos del EI frenaban así la avanzada para eliminar las posiciones del otrora extenso “califato”.
Sin embargo, el presidente Donald Trump dijo este viernes que Estados Unidos hará en las próximas 24 horas un anuncio sobre el fin del “califato” instaurado por el Estado Islámico.
"Tenemos grandes anuncios vinculados con Siria y nuestro éxito en la erradicación del califato, los cuales serán anunciados en las próximas 24 horas", señaló el mandatario ante la prensa en la Casa Blanca.
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Por su parte, el jefe del Pentágono presionó este viernes en Múnich a sus socios de la coalición contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) para que manden tropas al norte de Siria y proteger así a los aliados kurdos, una vez sus soldados abandonen la región.
“Aunque ha llegado la hora de reducir el número de tropas estadounidenses en el noreste de Siria, Estados Unidos sigue comprometido en favor de la causa de la coalición, y de la derrota permanente del EI en Medio Oriente y otras partes”, expesó el jefe interino del Pentágono, Patrick Shanahan.
Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) han recuperado gradualmente los espacios controlados por yihadistas desde setiembre del año pasado y varios centenares de combatientes del EI están ahora limitados a un área de aproximadamente un kilómetro cuadrado.
“El enorme número de minas terrestres y túneles están obstaculizando los intentos del FDS de adquirir el control completo sobre el área”, indicó la ONG Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (con sede en Londres).
En tanto, los yihadistas aún lanzan esporádicos ataques a las posiciones del FDS alrededor de la aldea de Baghuz, cerca del río Éufrates.
Califato debilitado
El “califato” originalmente proclamado por el líder el Estado Islámico, Abu Bakr al Baghdadi, cubría un territorio del tamaño del Reino Unido donde vivían alrededor de un millón de personas.
Ese califato imprimió sus propios libros escolares, produjo petróleo, recogió impuestos y acuño su propia moneda, en un breve experimento.
Sucesivas ofensivas en Irak y Siria fueron quebrando el califato, que perdió gradualmente sus principales ciudades y desde fines del 2017 se limita a sus bases originales, en el valle del Éufrates.
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Las estimaciones sobre el número de combatientes y familias aún dentro del área dominada por el EI, pero testimonios de mujeres que lograron escapar sugieren que aún hay civiles.
“Para evitar afectar a las esposas e hijos de los combatientes del Estado Islámico, estamos forzados a la cautela”, apuntó Afrin.
Alrededor de 40.000 personas han abandonado las posiciones de los yihadistas en semanas recientes, en la última emergencia humanitaria del conflicto en Siria, una catástrofe que se arrastra desde hace ocho años y dejó unos 360.000 muertos, además de 11 millones de desplazados.
Mujeres completamente cubiertas con velo y que cargan lo poco que pueden rescatar, así como niños en precarias condiciones de salud e higiene habitualmente deben pasar varias noches durmiendo en el frío del desierto.
Entre las personas que escapan de la zona aún bajo control del Estado Islámico hay muchos hombres adultos, que son retenidos por el Fuerzas Democráticas Sirias para averiguaciones.
Según Abdel Karim Omar, funcionario de la administración autónoma implementada por los kurdos en el noreste de Siria, los yihadistas prefieren entregarse al FDS que ser capturados por tropas sirias o iraquíes.
“Los combatientes del Estado Islámico prefieren venir a nosotros porque los tratamos de acuerdo con la ley internacional”, expresó.
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“Aún si son juzgados un día en esta área, ellos saben que no imponemos la pena de muerte”, apuntó Omar.
Sin embargo, que ocurrirá con esos hombres bajo sospecha de ser yihadistas y detenidos por el FDS es aún un tema sin resolver.
Los kurdos están dispuestos a permitir que los yihadistas extranjeros retornen a sus países de origen para enfrentar la justicia, pero las cortes –especialmente en Europa– no están muy convencidas de la conveniencia de esa posibilidad.
Lamentablemente, las agencias de ayuda internacional, la comunidad internacional y aún la coalición global (contra el EI) no están asumiendo responsabilidades por esos desplazados", comentó.
Lo que esas partes proporcionan “no cubre ni el 5% de las necesidades”, comentó.