EscucharMoscú. El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, afirmó que su ejército estaba debilitando a las fuerzas ucranianas durante una inspección en un puesto de mando en el este de Ucrania, según informó este miércoles su ministerio.
“La situación actual refleja que el enemigo cuenta con menos oportunidades a medida que seguimos disminuyendo su capacidad, gracias a sus excepcionales esfuerzos en el combate”, aseguró Shoigú a los soldados en la región de Donetsk, según el comunicado del ministerio de Defensa, que no proporcionó la fecha de esta visita.
El comunicado del ministerio también señala que un militar no identificado le informó a Shoigú que las fuerzas ucranianas estaban “en estado de pánico”.
“Conocemos todos sus movimientos, tácticas y retiradas; los venceremos”, añadió.
Después de verse obligado a realizar una serie de retiros en el norte, noreste y sur de Ucrania en 2022, el ejército ruso se centró en fortalecer sus líneas defensivas y, desde junio, resistió los intentos ucranianos de recuperar los territorios ocupados.
Ucrania anunció que la noche de este martes y en la mañana del miércoles fueron objeto de nuevos ataques con drones y bombardeos rusos, que provocaron al menos una muerte.
Al amanecer, un ataque aéreo impactó una casa en un barrio residencial de Beryslav, en la región de Jersón (sur), causando la muerte de un hombre de 42 años, según el gobernador regional Oleksandre Produkine.
La inspección de Shoigú, la primera desde agosto, ocurre mientras Moscú lleva a cabo su propia ofensiva y busca tomar la ciudad industrial de Avdiivka, en la región de Donetsk.
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Kiev asegura repeler los ataques y causar graves bajas a las fuerzas rusas durante los últimos 15 días.
Por su parte, Ucrania, con el respaldo de Occidente, llevó a cabo una contraofensiva en el este y el sur desde junio, aunque hasta ahora obtuvo resultados limitados.
Desde noviembre de 2022, tras la liberación de la ciudad de Jerson al sur, la línea del frente, que se extiende por más de mil kilómetros, apenas experimentó cambios.
Kiev afirma que necesita un mayor suministro de municiones de largo alcance para poder atacar la retaguardia y la logística rusas. Sin embargo, la entrega de estas armas fue escasa.
