Cali. Uno de los comandantes del Ejército de Liberación Nacional (ELN), la última guerrilla aún activa en Colombia, murió víctima de las heridas de un bombardeo militar realizado hace dos semanas, informó este martes el ministro de Defensa, Diego Molano. Ogli Ángel Padilla Romero, alias Fabián, había sido el objetivo de un bombardeo informado el 18 de setiembre que dejó siete muertos y varios heridos en el departamento de Chocó (noroeste).
El cabecilla fue encontrado moribundo en la selva cerca del sitio del ataque y murió en un hospital, explicó Molano a medios de comunicación. “Fue ubicado herido, cubierto con arbustos y vegetación en el día de ayer (lunes). Estaba muy cerca del lugar donde ocurrió la operación aérea”, aseguró Molano. Luego falleció mientras recibía atención médica en la ciudad de Cali (suroeste).
El presidente, Iván Duque, confirmó en Twitter que “fue neutralizado el narcoterrorista alias Fabián; asesino de líderes sociales, narcotraficante y máximo comandante del ELN en Colombia, quien había sido capturado herido”. “Seguimos en la lucha contra toda forma de criminalidad”, agregó.
Las autoridades sospechaban que el comandante estaba en el campamento atacado, luego de encontrar sus pertenencias en medio de los cuerpos de otros siete guerrilleros abatidos. El Chocó es uno de los bastiones de la guerrilla guevarista, la última activa de Colombia tras el acuerdo de paz del 2016 que desarmó a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Miembro del Comando Central, el máximo órgano de dirección del ELN, Fabián encabezaba el denominado Frente de Guerra Occidental, el segundo de mayor expansión tras el histórico pacto. “Era un criminal de la mayor peligrosidad, era autor de muchos asesinatos, de secuestros (...), cabecilla de narcotráfico” y culpable del desplazamiento de “miles de personas”, añadió Molano.
También había auspiciado ataques a la fuerza pública y actos de vandalismo durante las masivas protestas antigubernamentales que sacudieron el país entre abril y junio de este año, dejando decenas de muertos, según la Policía.
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Poderoso frente
Padilla ingresó a la guerrilla como adolescente y hacía parte de un sector radical de la organización que reivindica el tráfico de cocaína en sus zonas de influencia y los secuestros como fuentes de recursos para la insurrección. Contra él pesaba una orden de captura por los delitos de rebelión, secuestro y homicidio agravado por el asesinato de una líder indígena. Su muerte es el golpe militar más importante al grupo rebelde desde que Uriel, una de las figuras más mediáticas del ELN, fuera abatido en octubre del 2020 en la misma región.
La espesa selva del Chocó es el epicentro de una disputa territorial entre esa guerrilla y el Clan del Golfo, la mayor banda narcotraficante del país heredera del paramilitarismo. También es uno de los puntos estratégicos de salida de cargamentos de cocaína que parten del Pacífico colombiano hacia Centroamérica y Estados Unidos. Así como un enclave de minería ilegal de oro, cuyos réditos, según la fiscalía, superan los del narcotráfico. El ELN cuenta con unos 2.300 combatientes en el país y una extensa red de apoyo urbana.
Según el centro de investigación sobre el crimen Insight Crime, el Frente de Guerra Occidental es el segundo en importancia luego del Frente de Guerra Oriental, que opera en la frontera con Venezuela y comanda alias Pablito.
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Sin tregua
A comienzos del 2019 el presidente Iván Duque sepultó los diálogos de paz que sostenía con el ELN su antecesor, el Nobel de Paz Juan Manuel Santos, a raíz de un ataque con coche bomba contra una academia policial que dejó 22 cadetes muertos, además del agresor.
Expertos han advertido sobre la dificultad de negociar con la guerrilla por su estructura federada con diferentes liderazgos que ponen en entredicho su unidad de mando. El ELN opera en el 10% de los 1.100 municipios de Colombia, según fuentes oficiales.
Sin diálogos establecidos, las operaciones militares contra la guerrilla continúan. “Los terroristas que intentan poner a Colombia contra la pared mediante esa violencia y el crimen deben correr la misma suerte”, sostuvo Molano.
Colombia se encuentra inmersa en un conflicto armado desde hace seis décadas que deja más de nueve millones de víctimas, en su gran mayoría desplazados. A pesar de la desaparición de las FARC, la otrora guerrilla más poderosa del continente, el país vive un rebrote de la violencia.
En algunas regiones el ELN se disputa las rentas del narcotráfico con grupos disidentes que no se acogieron al acuerdo de paz, aunque según Duque en los últimos meses han formado alianzas para atacar a la fuerza pública.
Inspirado en el revolucionario Ernesto Che Guevara, la revolución cubana y la Teología de la Liberación, una corriente de la Iglesia católica a favor de los pobres, el ELN acumula casi 60 años de un infructuoso levantamiento armado. Colombia es el mayor productor de cocaína del mundo, según la Organización de Naciones Unidas (ONU), y Estados Unidos es el principal consumir de esa droga.