Asunción
Con diez años de edad y cinco meses de embarazo, una niña violada por su padrastro aguarda a dar a luz internada con otras madres igual de pequeñas, luego de que las máximas autoridades de Paraguay rechazaran que se interrumpa su estado pese a la presión internacional.
El caso conmocionó al mundo con pedidos de varias organizaciones humanitarias que insisten que la vida de la pequeña, que mide 1,39 m y pesaba 34 kg al comienzo de la gestación, corre peligro. También expuso el drama de miles de menores de edad en este país donde solo se permite el aborto terapéutico.
Sin embargo, el gobierno, la justicia, la Iglesia Católica y otros grupos civiles expresaron su rotundo rechazo a que la niña interrumpa el embarazo, aduciendo entre otras razones, el avanzado estado de gravidez.
Los médicos afirman que la niña está bien y que el embarazo de momento es "normal". "No tiene dolores ni complicaciones", explicó a la AFP la médica especialista Dolores Castellanos, jefa del área Niñez y Adolescencia del hospital de la Cruz Roja en Asunción, donde está internada la víctima de violación.
Castellanos la describió como un chica "menudita", simpática, conversadora: "Tiene 1,39 de estatura y subió de peso. De 34 está llegando a los 40 kilos", agregó la doctora encargada por el propio Ministerio de Salud paraguayo de supervisar a diario la evolución de este caso.
No obstante, advierte sobre el riesgo por el bajo peso y la presión alta, "como el de todas las que conciben en forma precoz".
"Ya tuvimos otras experiencias. El año pasado dio a luz una niña de 10 años que concibió a los nueve. La violó su abuelastro. Evolucionó bien", aseguró.