Kiev. La guerra en Ucrania seguía sumando víctimas este lunes, con la caída de un misil en Donetsk y ataques a varias ciudades en medio de la esperanza de un acuerdo en una nueva ronda de conversaciones entre Rusia y Ucrania.
Más de 2,8 millones de personas ya han huido de Ucrania, según cifras del lunes, día en que el Kremlin no descartó “tomar el control total” de las principales ciudades que ya están rodeadas, lo que implicaría una gran ofensiva militar. Estos últimos días, los combates se intensificaron en las proximidades de la capital, “una ciudad en estado de sitio”, según el consejero del presidente ucraniano.
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La madrugada del lunes un edificio de ocho pisos del barrio de Obolon, en el norte de Kiev, fue blanco de “un disparo de artillería”, y causó un muerto y 12 heridos. Más tarde, un bombardeo en otro barrio causó otro fallecido. Y en Járkov, al menos dos personas murieron en otro asalto ruso, según la fiscalía regional, que informó también de otro fallecido en Chugúyev, a 40 km.
En Donetsk, los separatistas prorrusos apoyados por Moscú, que controlan la ciudad desde EL 2014, dijeron que un ataque ucraniano contra el centro de la ciudad dejó al menos 16 muertos, según el “ministerio” de salud local, o 23, según el Comité de Investigación ruso. Los separatistas publicaron fotos de cuerpos ensangrentados en una calle llena de escombros. El Ejército ucraniano negó rotundamente haber disparado un misil contra Donetsk.
‘Ningún lugar seguro’
En Dnipró, gran urbe industrial al oeste y hasta ahora considerada un refugio para los civiles procedentes de Járkov o Zaporiyia, las sirenas de alarma retumbaron durante cinco horas, por primera vez desde el inicio de la invasión rusa el 24 de febrero.
Finalmente no cayeron proyectiles, pero “ya no hay ningún lugar seguro”, aseguró Yilena, de 38 años. Rusia también está reforzando su control sobre el sur, según el Ministerio de Defensa británico, que indicó que las fuerzas navales rusas habían “establecido un bloqueo a distancia de la costa ucraniana del Mar Negro”.
La situación sigue siendo dramática en Mariúpol, una estratégica ciudad portuaria asediada por los rusos, pese a que por primera vez en días, unos 210 vehículos pudieron salir a través de un corredor humanitario. Otro convoy, en este caso de ayuda humanitaria, que lleva días intentando entrar en la ciudad, fue de nuevo bloqueado este lunes por los soldados rusos, también en Berdiansk, a 85 km de Mariúpol, según las autoridades ucranianas.
Miles de habitantes viven en sótanos, sin agua, electricidad ni calefacción. Según el Ayuntamiento, 2.187 personas han muerto en la ciudad. Los combates llegaron también al oeste, con bombardeos el sábado por la noche contra la base militar de Yavoriv, cerca de Polonia.
El lunes, nueve personas murieron y otras nueve resultaron heridas en un bombardeo ruso contra una torre de televisión en Antopil, cerca de la ciudad de Rivne, según las autoridades. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, instó de nuevo a la OTAN a crear una zona de exclusión aérea en su territorio, lo que la alianza militar rechaza por temor a otra guerra.
‘Pausa técnica’
En este contexto, las conversaciones entre las delegaciones rusa y ucraniana se reanudaron el lunes por videoconferencia. “Tenemos que mantenernos firmes y luchar para ganar, para lograr la paz que los ucranianos merecen, una paz honesta con garantías de seguridad para nuestro Estado, para nuestro pueblo. Y ponerlas por escrito en las negociaciones, unas negociaciones difíciles”, manifestó Zelenski en un vídeo.
Por la tarde el jefe de los negociadores ucranianos, Mykhailo Podoliak, anunció una “pausa técnica” de las conversaciones, que se reanudarán el martes. Por su parte, el primer ministro ucraniano, Denis Shmyhal, pidió este lunes al Consejo de Europa que expulse inmediatamente a Rusia de esta organización de defensa de derechos humanos. En un discurso en lugar del presidente ucraniano, Shmyhal urgió a los países a obrar por detener la “agresión antes de que haya una catástrofe nuclear o que toda Europa esté en llamas”.
En lo que podría ser un indicio de que los mercados quieren creer en un avance diplomático, los precios del petróleo bajaron en los mercados el lunes, con el barril de WTI pasando brevemente bajo el umbral de los $100, para terminar en $103,01; tras haber superado los $130 la semana pasada.
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En tanto, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) indicó que el próximo miércoles comunicará su veredicto del procedimiento lanzado por Kiev, que le pidió al máximo tribunal de la ONU que le ordene a Moscú que detenga su invasión. En paralelo, persiste el temor a que el conflicto se propague y se multiplican las acciones diplomáticas.
El consejero para la Seguridad Nacional del presidente estadounidense, Jake Sullivan, se reunió este lunes en Roma con Yang Jiechi, máximo responsable del Partido Comunista chino para la diplomacia. El encuentro de siete horas fue “intenso” y “muy franco”, según indicó la Casa Blanca, que considera “profundamente preocupante” la posición de “alienación de China con Rusia” en el conflicto.
Cuarta ronda de sanciones
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, confirmó un cuarta ronda de sanciones contra el Kremlin. La Unión Europea añadirá al multimillonario Roman Abramovich y a otros magnates rusos en su más reciente lista de sanciones, dijeron dos diplomáticos. Un total de 862 personas y 53 entidades rusas figuran ya en la lista.
Moscú acusa a los países occidentales de intentar provocar un “default artificial” ya que las sanciones congelaron hasta ahora 300.000 millones de dólares de reservas de Rusia en el extranjero. Estas sanciones ponen en aprietos a Rusia a la hora de hacer frente a varios pagos de deuda en divisas que vencen en marzo y abril, haciendo resurgir el recuerdo humillante de 1998, cuando no pudo pagar.