Masaya, Nicaragua. Decenas de miles de hombres, mujeres y niños salieron este jueves a las calles de Masaya para recibir a una delegación de obispos católicos, que visitaron la ciudad nicaragüense, con el fin de 'evitar otra masacre', en momentos en que soportaba un violento ataque de fuerzas progubernamentales.
El cardenal Leopoldo Brenes, acompañado por el clero de la arquidiócesis de Managua, a la que también pertenece Masaya, caminó con una imagen de Jesús por las angostas calles de la población, que se declaró en rebeldía contra el gobierno del presidente Daniel Ortega.
Cientos de manos ayudaron a levantar barricadas de las calles para dar paso a los religiosos cuando se dirigían al barrio indígena de Monimbó, foco de la resistencia en la ciudad.
Los religiosos ingresaron a la plaza de Monimbó entre gritos de “queremos la paz” y “basta de violencia”, acompañados del repique de campanas y cánticos religiosos.
Masaya, 30 kilómetros al sureste de Managua, vivió la mañana de este jueves un rudo ataque de unos 500 hombres entre policías antimotines, parapolicías y turbas, según el secretario de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH), Álvaro Leiva.
Los choques entre las fuerzas gubernamentales y los pobladores causaron dos heridos en enfrentamientos que se prolongaron durante cinco horas, informó el diario La Prensa.
El comisionado de la Policía Nacional, Ramón Avellán, se comprometió a "detener los ataques", durante una reunión que sostuvo con el cardenal Brenes y el nuncio apostólico, Stanislaw Waldemar Sommertag, indicó la arquidiócesis de Managua.
Desde que empezaron las protestas contra el gobierno, el 18 de abril, luego de la imposición de una reforma al sistema de pensiones (luego anulada), 187 personas han muerto.
“Viva, Cristo Rey”, coreaba la multitud al recorrer las calles que en los últimos días han sido escenario de una batalla desigual entre pobladores y las fuerzas progubernamentales que utilizan armamento pesado como en una guerra, según organismos de derechos humanos.
Otros pobladores gritaban “basta ya de opresión” y “que se vayan”, dirigido a Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo.
Los pueblos asentados sobre la carretera a Masaya salieron al paso de la caravana de los jerarcas católicos, algunos llorando de rodillas.
El obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, en un emotivo mensaje llamó a no tomar la justicia por propia mano, a “no imitar las mismas actitudes y actos criminales (...) No queremos más criminales en Nicaragua”.
¡Que el mundo lo sepa! El gobierno de Nicaragua se prepara con antimotines y paramilitares para perpetrar otra masacre en el indefenso barrio indígena de Monimbó, Masaya. ¡Presionen a Ortega, ayúdenos, Monimbó no se toca! @OACNUDH @CIDH @PauloAbrao @ErikaGuevaraR @USAmbNicaragua
— Silvio José Báez (@silviojbaez) June 21, 2018
“Quiero recordar uno de los mandamientos de la ley de Dios”, dijo Báez y la población respondió en coro: “No matarás”.
Báez, un duro crítico del gobierno, hizo un vehemente llamado “a los francotiradores, a Daniel Ortega y Rosario Murillo: Ni un muerto más”.
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El cardenal Brenes comunicó a los feligreses que el papa Francisco les envió un mensaje de que “Dios les acompañe” en la misión pacificadora.
El nuncio apostólico afirmó que el Pontífice está al tanto de lo que sucede en Nicaragua y expresó que en este “momento tan crítico y delicado comprendemos su dolor (...) cada muerto es una ofensa a Dios”.
Momento en el que los obispos logran atravesar una de las barricadas mientras peregrinaban por las calles de #Masaya
— Coyuntura (@CoyunturaNic) June 21, 2018
Cortesía Kevin Gabriel. pic.twitter.com/Vnhvxv6tIQ
Antes de la misión a Masaya, cientos de católicos se sumaron en la capital para una jornada de oración por la paz y el cese de la represión contra el “pueblo desarmado” en Masaya y otras ciudades.
“Está muriendo gente inocente, es algo tenebroso, maligno. No ha habido un gobierno que mate como ha matado este gobierno a gente desarmada”, declaró con lágrimas Gastón Ortega, de 53 años, en la catedral de Managua.
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“Es triste lo que está pasando, que lleguen a las casas y asesinen a los jóvenes solo por participar” en las protestas, expresó conmovida Maritza Torres.
Refriega en la ciudad
En las horas previas al arribo de los obispos, Masaya fue escenario de enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y los habitantes.
Un equipo de AFP en el barrio Monimbó constató el disparo de armas de fuego y morteros de fabricación casera, mientras pobladores denunciaron que las tropas gubernamentales prendieron fuego a algunas casas.
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El secretario de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPD), Álvaro Leiva, denunció que hay un uso de la fuerza “de manera desproporcionada” y que estaban empleando fusiles AK 47 y Dragonov, que son armas de combate que solo el Ejército puede utilizar.
“Hago un llamado al presidente Ortega que detenga la matanza en contra de pueblo de Monimbó”, manifestó Leiva, tras considerar que “es incongruente hablar de diálogo y estar asesinando a mansalva al pueblo”.
“Es lamentable ver a nuestros hermanos cómo caen. Si tuviéramos armas, sería armas contra armas, pero esto es muy desigual. Ayúdenos contra estos asesinos que están matando a nuestro pueblo”, imploró un poblador de Monimbó, quien no se identificó.
Habitantes de este barrio salieron a las calles con machetes y morteros de fabricación casera para defenderse del asalto.
El dirigente estudiantil Cristian Fajardo, del Movimiento 19 de Abril, manifestó ue se escucharon detonaciones de armas de fuego en el norte de la ciudad por donde “avanzan unos 500 hombres encapuchados y fuertemente armados”.
La población se mantuvo encerrada en sus casas mientras antimotines y hombres encapuchados y armados recorrieron las calles disparando y quitando las barricadas, según videos mostrados en la televisión.