Ginebra. La Organización de Naciones Unidas (ONU) acusó el viernes al Ejército ruso de acciones “que podrían constituir crímenes de guerra” en Ucrania tras la invasión del 24 de febrero, incluyendo bombardeos indiscriminados que provocaron la muerte de civiles y la destrucción de escuelas y hospitales.
“Las fuerzas armadas rusas bombardearon de manera indiscriminada zonas habitadas, mataron a civiles y destruyeron hospitales, escuelas y otras infraestructuras civiles, en acciones que podrían constituir crímenes de guerra”, declaró Ravina Shamdasani, vocera del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, con sede en Ginebra.
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“Le corresponde a un tribunal determinar concretamente si es así, pero cada vez hay más pruebas de que se cometieron crímenes de guerra”, agregó la vocera. En un comunicado difundido paralelamente, Michelle Bachelet, Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, afirmó que “durante las últimas ocho semanas, el derecho humanitario internacional no solo ha sido ignorado sino que se ha tirado por la borda”.
“Lo que hemos visto en Kramatorsk (este de Ucrania) el 8 de abril, cuando la estación de tren fue atacada con munición en racimo y murieron 60 civiles y otros 111 resultaron heridos, es emblemático de la incapacidad de respetar el principio de distinción (entre civiles y militares), la prohibición de perpetrar ataques indiscriminados y el principio de precaución, que está inscrito en el derecho humanitario internacional”, manifestó Bachelet, acusando indirectamente a Rusia.
Por su parte, Shamdasani no descartó que la parte ucraniana también haya violado el derecho humanitario, pero “la mayoría de estas violaciones, con diferencia, se atribuyen a las fuerzas rusas”. La vocera indicó que el 92,3% de las víctimas que los equipos bajo la dirección de Bachelet pudieron documentar “se atribuyen a las fuerzas rusas, así como las acusaciones de asesinato y de ejecuciones sumarias”.
La responsable explicó concretamente que los investigadores de la ONU realizaron una misión en Ucrania a principios de abril y lograron documentar ya “los asesinatos, algunos de ellos ejecuciones sumarias”, de 50 civiles en la ciudad de Bucha, a las afueras de Kiev.
El descubrimiento de decenas de cadáveres en las calles de esta localidad, tras la retirada de las tropas rusas a principios de abril, suscitó una ola de indignación internacional. Rusia ha afirmado que las imágenes son un montaje. Bachelet dijo en su comunicado que lo que ocurrió en Bucha “no es un incidente aislado”. La misión de vigilancia de los derechos humanos en Ucrania “recogió más de 300 acusaciones de asesinatos de civiles” en las regiones bajo control ruso entre finales de febrero y principios de marzo, según la ONU.
La misión de la ONU también está investigando acusaciones de violencia sexual de los soldados rusos contra mujeres, hombres y niños y también registró 155 casos de detención de civiles (responsables locales, periodistas, activistas o defensores de derechos humanos, fundamentalmente) por parte de las tropas de Moscú. Algunos de ellos han sido torturados y al menos cinco personas fueron encontradas muertas.
Del lado de las fuerzas ucranianas, el equipo de Bachelet también recopiló informaciones sobre personas detenidas arbitrariamente y que no pueden ponerse en contacto con sus allegados, lo que genera preguntas sobre “desapariciones forzadas, respeto del derecho y riesgo de tortura y malos tratos”.
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