Ginebra. El Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó este viernes el envío de una misión internacional para investigar presuntos crímenes de guerra en Gaza, donde la represión israelí se ha cobrado más de un centenar de muertos en casi dos meses, pero Tel Aviv replicó acusando al organismo de “hipocresía y absurdidad”.
La resolución, aprobada por 29 votos a favor, 2 en contra (Estados Unidos y Australia) y 14 abstenciones, pide “el envío urgente de una comisión independiente, internacional (...) para investigar todas las presuntas violaciones y abusos (...) en el contexto de las operaciones militares de gran escala contra protestas de civiles que se iniciaron el 30 de marzo de 2018, incluidas aquellas que podrían ser consideradas crímenes de guerra”.
Gran Bretaña, Suiza y Alemania forman parte de los países que se abstuvieron.
La reunión especial del Consejo de Derechos Humanos tuvo lugar tras seis semanas de protestas y enfrentamientos en la frontera entre Gaza e Israel , donde los palestinos reivindicaron su derecho a regresar a las tierras que ocupaban antes de la creación del Estado israelí.
LEA MÁS: Israel enfrenta una ola de críticas por el baño de sangre en la franja de Gaza
La violencia se cobró la vida de 100 gazatíes, de los cuales 60 murieron el lunes, coincidiendo con el traslado de la embajada estadounidense desde Tel Aviv hasta Jerusalén.
“Israel rechaza completamente la decisión del Consejo de Derechos Humanos, que prueba una vez más que se trata de un órgano de mayoría automática antiisraelí, dominado por la hipocresía y la absurdidad”, afirmó el ministerio de Relaciones Exteriores israelí en su comunicado.
Según él, los resultados de la comisión de investigación nombrada por el Consejo de Derechos Humanos “se conocen de antemano y están dictados por la propia resolución”.
“Está claro para todos que el objetivo del Consejo no es investigar sobre la verdad, sino violar el derecho de Israel a la legítima defensa y satanizar al Estado judío”, añadió el ministerio en el texto.
La embajadora israelí ante la ONU en Ginebra, Aviva Raz Shechter, calificó la resolución de “vergonzosa” y “tendenciosa”.
“Hamás (el movimiento islamista que gobierna Gaza) es el agresor. Hamás es el que comete crímenes de guerra”, declaró. “Esta resolución carece de sentido y no merece nada más que ser hecha trizas”.
El representante de Estados Unidos, Theodore Allegra, lamentó por su parte el hecho de que la resolución se centrara solamente en Israel “sin ningún llamamiento a investigar a Hamás”.
Poco antes, en la apertura de la reunión de este viernes, el jefe del Consejo de Derechos Humanos, Zeid Ra'ad al-Hussein, criticó el uso “totalmente desproporcionado” de la fuerza por parte de las tropas israelíes.
“Nadie está más seguro después de los horrorosos acontecimientos de esta semana” denunció.
Zeid recordó que “muchos de los heridos y muertos” en la jornada del lunes “estaban completamente desarmados, y recibieron disparos en la espalda y el pecho, en la cabeza y en extremidades” con munición real.
LEA MÁS: Costa Rica llama a Israel a 'detener la represión violenta contra la población civil palestina'
Aunque “algunos de los manifestantes lanzaron cócteles molotov, usaron hondas para lanzar piedras, enviaron cometas ardiendo hacia Israel e intentaron cortar las dos alambradas entre Gaza e Israel”, ello “no parece constituir una amenaza inminente de muerte o de heridas graves” que pudiera justificar el uso de fuerza letal, aseguró.
Israel alegó que la actuación de sus soldados era necesaria para impedir las entradas de manifestantes desde el enclave palestino.
Las Fuerzas Armadas israelíes negaron igualmente que fueron sus gases lacrimógenos los que asfixiaron a una bebé palestina, como lo afirmó el ministerio de Salud gazatí. Según sus informaciones, obtenidas a partir de un médico palestino, la niña, de ocho meses, padecía un problema cardíaco.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, clamó por su parte que las acciones de Israel contra los palestinos era equiparable al tratamiento que sufrieron los judíos a manos de los nazis.