Río de Janeiro. Al menos nueve personas fallecieron este miércoles en un operativo policial en Río de Janeiro, el más reciente de una serie de incursiones antidroga en tres estados de Brasil, que dejó desde el viernes 44 muertos, según balances de las autoridades.
Una acción de las fuerzas de seguridad en Río de Janeiro dejó la mañana del miércoles nueve muertos en el Complexo da Penha, un conjunto de favelas en el norte de Rio, informó la policía militar.
Por otra parte, la cifra de fallecidos en un operativo iniciado el fin de semana y aún en marcha en la Bajada Santista, una región cercana a la capital de Sao Paulo, se elevó de 14 a 16 en las últimas horas, de acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública del estado. Otras 19 muertes se registraron en acciones similares entre el viernes y el lunes pasado en Bahía (noreste).
La acción en Río tuvo como objetivo “localizar y detener a integrantes de grupos criminales” de la región, cuyos líderes se reunirían este miércoles, según informaciones de inteligencia que guiaron la acción policial, indicó un comunicado. Como en los otros casos, la fuerza informó que los agentes “fueron atacados a tiros” por individuos armados y se produjeron enfrentamientos.
Once sospechosos fueron socorridos y trasladados a un hospital, pero nueve de ellos no resistieron las heridas. Según la Policía, entre los fallecidos se encontraban dos líderes de bandas criminales. Además, un policía militar resultó herido y se encuentra en estado estable.
Durante la operación, se incautaron siete fusiles, municiones y granadas; sin embargo, no se realizaron detenciones.
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Contra el crimen organizado
Las incursiones policiales, habituales en barriadas populares de Brasil, se multiplicaron en la última semana, comandadas por la Policía Militar que depende de los gobiernos de los estados. En Sao Paulo, el detonante fue el asesinato a tiros del policía Patrick Bastos Reis, de 30 años, durante un patrullaje en el municipio de Guarujá, uno de los nueve de la Bajada Santista, a 60 kilómetros de la capital paulista.
En respuesta, se desplegó la denominada Operación Escudo contra el crimen organizado, en el marco de la cual hubo 58 detenidos y una cantidad de muertes en aumento que multiplican las denuncias de “excesos” por parte de las fuerzas.
Una protesta contra la violencia policial fue convocada para la tarde del miércoles en Guarujá, y otra tendrá lugar el jueves frente a la Secretaría de Seguridad Pública en Sao Paulo. El ministro de Justicia, Flávio Dino, dijo que la reacción de las fuerzas de seguridad no le parecía “proporcional en relación con el crimen cometido”.
Según la Secretaría de Seguridad, todos los fallecimientos fueron “resultado de la acción de los criminales que optan por el enfrentamiento”, destacó en un comunicado. El gobernador paulista, Tarcísio de Freitas, exministro del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022), respaldó el lunes el accionar policial ante el narcotráfico que ha “tomado” la Bajada Santista.
Freitas también reforzó la seguridad en el área donde la violencia continuó el martes, cuando dos policías “fueron atacados a tiros”, según las autoridades. Hasta ahora, fueron decomisados 400 kilos de drogas y 18 armas, entre pistolas y fusiles.
Tampoco hubo calma en Bahía, un estado gobernado por el Partido de los Trabajadores (PT) del presidente Luiz Inácio Lula da Silva. El viernes, siete “sospechosos” murieron en un operativo en la localidad de Camaçari, 50 kilómetros al norte de Salvador. El domingo se registraron otros ocho fallecidos en una incursión en Itatim, 200 kilómetros al oeste, y otros cuatro murieron en un barrio de Salvador.
En el 2022, Brasil registró 6.429 muertos a manos de la Policía, según datos de la Organización No Gubernamental (ONG) Foro Brasileño de Seguridad Pública, referencia en la materia.