Caracas. AFP y EFE. El chavismo consiguió ayer el mayor número de votos y de alcaldías en las elecciones municipales de Venezuela, aunque la oposición le arrebató plazas importantes como Barinas, tierra natal de Hugo Chávez, y retuvo las “joyas de la corona”: Caracas y Maracaibo.
El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), del presidente Nicolás Maduro, sumaba el 49,2% de los votos contra 42,7% de la oposición, informó Tibisay Lucerna, presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), con el 97,52% de las mesas escrutadas.
Además, la alianza de Maduro se aseguraba el control de 196 municipios y la oposición, liderada por Henrique Capriles, 53. Al cierre de edición, restaba definir los resultados de 78 gobiernos locales.
La Mesa de Unidad Democrática (MUD) mantuvo el distrito metropolitano de Caracas y también la petrolera Maracaibo, la segunda urbe venezolana. Además, le arrebató al oficialismo Valencia, Barquisimeto y Barinas, la capital del estado natal del líder fallecido Hugo Chávez. Las cinco son de los municipios más poblados del país.
Aunque las votaciones en casi 14.000 centros transcurrieron sin mayores incidentes, el ministro de Interior y Justicia, Miguel Rodríguez Torres, informó de que hasta el momento contaba con un registro de 141 delitos electorales y señaló que habría “patrullaje máximo” durante toda la noche.
La participación fue de 58,92%.
Reto al poder. Los comicios en 337 alcaldías fueron elevados a la categoría de plebiscito por la oposición, en una apuesta riesgosa cuyo resultado podría volverse contra los partidos aglutinados en la MUD, liderada por Capriles, quien perdió las presidenciales de abril por 1,5 %.
Para Maduro, cuyo triunfo presidencial nunca dejó de ser cuestionado por los opositores, la victoria era una moción de confianza a su gobierno. Al votar ayer, el presidente llamó a respetar los resultados. “La palabra del CNE será palabra sagrada (...) Si ganamos por un voto una alcaldía, la ganamos y si perdemos por un voto, lo aceptamos”.
Capriles, por su parte, acusó al presidente de “proselitismo descarado” y señaló que “hay muchas denuncias de todos los abusos: demora, operación morrocoy (lentitud en el proceso), centros donde se ha dañado la máquina”.
La “Revolución Bolivariana” de Chávez ha ganado regularmente casi todos los comicios y plebiscitos en los últimos 14 años en el país, que tiene las mayores reservas petroleras del mundo.
El chavismo controla más del 80% de los municipios y los pronósticos le auguraban que mantendría al menos dos terceras partes, en especial luego de la “guerra económica” del presidente, quien ordenó rebajas compulsivas de precios y amenazó con encarcelar a los especuladores.
La jornada, custodiada por 120.000 militares, comenzó para cientos de miles de jóvenes varias horas antes del amanecer, cuando se lanzaron a las calles para acudir a sus puestos en las Unidades de Batalla Bolívar Chávez (UBCH), eje de la formidable maquinaria electoral oficialista y con la tarea asignada de garantizar cinco millones de votos.
Venezuela llegó a las elecciones con una inflación del 54% anual, fuertes presiones sobre la cotización del dólar en el ilegal mercado paralelo, donde cotiza nueve veces más que en el controlado mercado oficial, y escasez puntual de productos.
Maduro, en picada en los sondeos hasta octubre, salió al contraataque en noviembre y tras definirse como “presidente justiciero”, lanzó una ofensiva que forzó la baja de precios de televisores o o tornillos, censó comerciantes y amenazó con prisión a díscolos.