París. La movilización social contra la reforma de las pensiones entró en su segunda semana en Francia y podría prolongarse hasta Navidad pese a numerosos llamados al “diálogo” del gobierno.
Lejos de calmar los ánimos, el proyecto que presentó el miércoles el primer ministro Edouard Philippe ha suscitado la oposición frontal de todos los sindicatos, incluso de aquellos que apoyaban hasta entonces el principio de la reforma, que han pedido que la huelga y las protestas aumenten y se extiendan.
"Es una reforma de refundación antes que nada", declaró este viernes el presidente de Francia, Emmanuel Macron, evocando un proyecto "histórico para el país", en respuesta a las preguntas insistentes durante una conferencia de prensa en Bruselas.
"La única solución es trabajar un poco más de tiempo (...), como ocurre en el resto de Europa", agregó el mandatario.
Este viernes, en las carreteras y en los transportes públicos, el tráfico seguía fuertemente perturbado, especialmente en la región parisina, donde nueve líneas de metro permanecían cerradas y más de la mitad de las líneas de autobuses no circulaba.
Entre atascos y transportes abarrotados, los parisinos estaban cada vez más cansados.
“¡Camino 10 km por día en estos momentos!”, se lamentó Alain, quien trabaja en el centro de la capital. “Se necesita buen calzado... porque esto va a durar”.
📍Women-only subway cars in #France
— EHA News (@eha_news) December 13, 2019
A subway car for women has been introduced in #France, as strikes by French transport workers continue.
Most of the subway lines in France remain closed. pic.twitter.com/9nY63GUjKo
En Drancy, un suburbio en el noreste de París, Romain Makonda, de 36 años, se quejaba de las horas que pierde en los trayectos para ir a trabajar. Se levanta a las 5 a. m. “para estar en el trabajo a las 8 a. m.”, y aún así, llega tarde. “No he empezado mi jornada y ya estoy cansado. Es duro”, comentó.
El movimiento social parecía -sin embargo- reducirse, con una tasa de huelguistas en la SNCF de 13,3% (55,6% el 5 de diciembre, el primer día del conflicto), según la dirección.
El viernes, la expedición de productos de refineríasde petróleo estaba perturbada ya que cuatro de las ocho plantas existentes en el país se vieron afectadas por el paro, según la CGT.
Asunto controversial
Los franceses están divididos sobre la reforma, según un sondeo. El 50% se dice favorable y el 49% está en contra.
La jubilación es un tema sensible en Francia ya que la población defiende con uñas y dientes uno de los sistemas más generosos del mundo. Y el contexto ya está tenso en el país, con el surgimiento hace un año de los “chalecos amarillos”, pero también con el descontento generalizado en hospitales o la Policía.
En su comparecencia del miércoles, el primer ministro francés reiteró su determinación a establecer un “sistema universal de jubilación” por puntos para unificar los 42 sistemas diferentes que tiene el país en uno solo, aunque con algunas concesiones a los sindicatos.
Entre otros, se ha flexibilizado el calendario: el nuevo sistema solo se aplicará a los franceses nacidos a partir de 1975, anunció Philippe. La desaparición de los regímenes especiales se confirma pero, para los conductores de la compañía ferroviaria SNCF y de los transportes parisinos RATP, que pueden jubilarse a partir de 52 años, la reforma se aplicará a partir de los nacidos a partir de 1985.
También se anunciaron medidas para los más precarios, sobre todo la instauración de una jubilación mínima garantizada de 1.000 euros.
Aunque la edad legal de jubilación sigue siendo 62 años, el proyecto prevé "una edad de equilibrio" progresiva a los 64 años e incitar a trabajar más tiempo mediante un sistema de bonificación.
Esto es inaceptable para los sindicatos, que han prometido prolongar el movimiento. Para ellos, el gobierno cruzó una "línea roja", dijo el miércoles Laurent Berger, número uno del principal sindicato de Francia la CFDT. Favorable en principio a un régimen universal de jubilación, la CFDT rechaza de plano la instauración de la edad de 64 años para jubilarse.
Berger dijo el jueves en la cadena BFMTV que “hay que recuperar el camino del diálogo”, sugiriendo al gobierno que reúna a los sindicatos favorables a un régimen universal de jubilación.
"Mi puerta está abierta y mi mano tendida", respondió el primer ministro, con el fin de desactivar el conflicto. El jueves por la noche, su entorno anunció que había invitado a las organizaciones sindicales y patronales a "un ciclo de reuniones", "lo antes posible la semana próxima".
Pero para el secretario general de la CGT-ferroviarios, Laurent Brun, "no habrá tregua para Navidad salvo si el gobierno da marcha atrás" y retira su proyecto.
El 17 de diciembre habrá una nueva jornada de movilización nacional, la tercera en menos de dos semanas.