Managua. Opositores nicaragüenses, incluidos los gais con banderas multicolores en la calle y católicos dentro de las iglesias, exigieron este jueves la renuncia del presidente Daniel Ortega y el cese de la violencia que deja al menos 214 muertos en poco más de dos meses de protestas.
Sonando bocinas, con paraguas y pañuelos de colores, y banderas nicaragüenses, grupos del movimiento de diversidad sexual se manifestaron en una céntrica avenida del suroeste de Managua.
“En esta dictadura también nos hemos sentido sin derechos. Somos parte de esta nueva revolución. Ortega tiene que irse”, dijo Dámaso Vargas, transgénero de 25 años quien explicó que vestía de negro por “los asesinados” y “la muerte de la República”.
En otro punto de la ciudad, el nuncio apostólico, Waldemar Stanislaw, presidía la misa del Santísimo en la Catedral. “El papa Francisco nos pide ser constructores de la paz de Cristo, llamando a que cese toda violencia, que se evite un inútil derramamiento de sangre”, expresó en la homilía.
"Este día es en el que todos y todas tenemos el mismo orgullo, toda Nicaragua, esto es inclusivo" dijo la cantautora Gabriela Baca en la marcha del #OrgulloLGBTIQ en Managua. Las consignas fueron: Igualdad, inclusión, justicia y democracia.
— Niú (@Revista_Niu) June 28, 2018
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“Vine a pedir que termine la masacre y se vayan del país. Lo que han hecho no tiene nombre”, declaró Nidia Vargas, de 70 años.
“Le pedimos al Señor por la paz que este gobierno nos quitó”, manifestó Auxiliadora Martínez, de 60 años.
Con la mediación de la Iglesia católica, el gobierno y la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia -de la sociedad civil- reanudaron este jueves pláticas para intentar destrabar el diálogo que busca resolver la crisis.
El proceso está estancado porque Ortega, cuyo tercer mandato consecutivo acaba en enero del 2022, aún no responde a la propuesta de adelantar las elecciones del 2021 a marzo del 2019.
“Lamentablemente no ha habido el menor signo de buena voluntad”, declaró el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, quien dijo no descartar que si no se resuelve el “problema político” y “cesa la represión” se “desemboque en un conflicto mayor”.
Exguerrillero izquierdista de 72 años, Ortega es acusado por la Alianza y grupos humanitarios de instaurar en Nicaragua el nepotismo y una dictadura, y desatar una cruda represión.
“No se quiere ir, cree que puede seguir gobernando en este río de sangre. No se da cuenta que el tiempo se le acabó”, expresó Azahálea Solís, delegada de la Alianza en el diálogo, tras una reunión con la misión del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
El gobierno califica las protestas como una “intentona golpista” y acusa a los manifestantes de “delincuentes violentos”.
La vicepresidenta Rosario Murillo aseguró que implora por “la paz y el reencuentro de los nicaragüenses”.
Ortega llegó al poder en 1979 tras el triunfo de la insurrección popular que lideró el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) para derrocar al dictador Anastasio Somoza, y volvió al gobierno por la vía electoral en el 2007.
Comisiones de derechos humanos de Naciones Unidas y de la Organización de Estados Americanos (OEA) se reúnen con el gobierno, la Alianza y víctimas de la violencia en las protestas.
sin acceso a cárcel
Un grupo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) intentó entrar -sin éxito- a la cárcel El Chipote, en el centro de Managua, donde madres y otros familiares les pidieron interceder por la liberación de detenidos.
“Vivos se los llevaron, vivos los queremos. Libertad para nuestros muchachos”, se leía en una pancarta afuera de la prisión.
Con fotos de sus hijos presos, varias mujeres denunciaron al grupo de la CIDH “detenciones arbitrarias” incluso de menores.
Fiorella Melzi, de la Comisión, aseguró a la prensa que expertos independientes llegarán para investigar específicamente “asesinatos que ocurrieron en el marco de las protestas”.
Según la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH), al menos 285 personas han muerto, mientras que el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) ha verificado 214 fallecimientos y está confirmando otros 13.
La Marcha de las flores tiene como propósito honrar la memoria de los niños y adolescentes asesinados por la represión del Gobierno de Ortega #SOSNicaragua https://t.co/HBf3HFz4hV
— LA PRENSA Nicaragua (@laprensa) June 28, 2018
Aprovechando también la visita de expertos de la CIDH y de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), medios de comunicación no oficialistas denunciaron “asedio” y “agresiones” contra la prensa y exigieron, en un comunicado, “pleno respeto a la libertad de información”.
En abril, el periodista Ángel Gahona murió de un balazo en la cabeza cuando transmitía en vivo los saqueos en la ciudad caribeña de Bluefields.
La Alianza convocó para el sábado a la “marcha de las flores” en Managua y diversas ciudades y pueblos del país, para exigir justicia y honrar a los fallecidos.