El expresidente Óscar Arias Sánchez afirmó anoche que el Gobierno de Venezuela “reprime la crítica y la disidencia”.
Arias hizo tal afirmación en una cita con miembros de la colonia venezolana en Costa Rica, quienes le visitaron en su casa, en Rohrmoser, San José.
Los suramericanos le entregaron una carta con 500 firmas, en la cual le piden su mediación para que cese la violencia en su país contra quienes protestan por la gestión del Gobierno de Nicolás Maduro.
Señalaron que ya hubo tres muertos debido a la represión.
Arias dijo, también por medio de una misiva, que, aunque Venezuela venda la idea de que es una verdadera democracia, con cada violación a los derechos humanos que comete niega en la práctica esa afirmación, porque “reprime la crítica y la disidencia”.
“Me acusarán de inmiscuirme en asuntos internos, de irrespetar su soberanía y, casi con certeza, de ser un lacayo del imperio. Lo soy, pero del imperio de la razón, la cordura, la libertad y la soberanía”, expresó Arias.
Agregó que siempre ha luchado por la democracia y que no se callará cuando esté en riesgo la vida de personas, solo porque defienden sus derechos ciudadanos.
Lorent Saleh, director de la organización Operación Libertad, aseguró que las víctimas fueron estudiantes a los que grupos militares del Gobierno les dispararon en la cabeza y por la espalda.
“Se recogieron 500 firmas en tres horas. En Costa Rica habitan 10.000 venezolanos. También vamos a buscar el apoyo de la presidenta Laura Chinchilla, a quien daremos una carta”, dijo.