Washington y Ginebra. AP y EFE. Los presidentes de tres naciones del África occidental afectadas por el brote de ébola solicitaron urgentemente dinero, médicos y camas de hospital, mientras representantes de varias naciones congregados en el Banco Mundial prometieron más asistencia.
“Nuestra gente se está muriendo”, se lamentó el jueves el presidente sierraleonés, Ernest Bai Koroma, quien habló por video desde su país a una reunión cumbre durante el encuentro anual del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial en Washington.
Koroma describió los efectos devastadores de “este virus maligno”: niños huérfanos, médicos y enfermeras muertos, y un sistema de salud que no puede hacer frente a las necesidades.
La respuesta mundial no se ha mantenido a la par con la propagación del ébola, dijo Koroma, y “ una tragedia inesperada en tiempos modernos” amenaza a todos.
“Los compromisos sobre el papel están bien, pero los más necesitados son los compromisos sobre el terreno”, agregó el gobernante, quien recalcó que la respuesta es “más lenta que la velocidad de la transmisión” del virus del Ébola.
Esta enfermedad, que causa vómitos, fiebres altas y diarrea, ha ocasionado hasta ahora 3.865 muertes entre 8.033 casos registrados en Liberia, Sierra Leona, Guinea, Nigeria y Senegal.
Por su parte, Alpha Condé, presidente de Guinea, quien asistió en persona, recordó que el brote de ébola es una “amenaza internacional” y advirtió de los riesgos de diseminación al resto de la región del África occidental.
En el encuentro, además de Koroma, Condé y la presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, participaron el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, y la directora-gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) , Christine Lagarde.
Ayuden pronto. Kim pidió aumentar unas 20 veces la ayuda internacional para combatir el brote. “A quienes todavía no ayudaron, por favor les pido que lo hagan pronto. Es una enfermedad implacable”.
Avaló ayer las promesas de Estados Unidos y de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de garantizar la evacuación médica del personal sanitario enfermo, un esfuerzo para asegurar que un número suficiente de médicos y enfermeras estén dispuestos a arriesgar sus vidas para contribuir a contener la enfermedad.
Kim agregó que deben construirse hospitales y centros de salud para asegurar que los pueblos de los países afectados tengan fe de recibir lo que necesitan en sus propias comunidades sin temer que los centros de ébola sean lugares donde la gente va a morir.
Kim, un médico que dirigió el programa para el sida de la Organización Mundial de la Salud, dijo que estudios de brotes anteriores, como el virus del SARS, muestran que del 80% al 90% del impacto económico proviene “del factor del temor que rodea el brote”.
Rechazo a restricciones. No obstante este complicado panorama, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reiteró ayer, a propósito del caso de ébola en España, que no recomienda ninguna restricción de viaje con los países donde hay enfermos, excepto cuando se trate de personas que han sido confirmadas o son sospechosas de estar infectadas con el virus.
También desaconsejó los viajes de personas que han tenido contacto con enfermos de ébola.
“Esos contactos no incluyen a trabajadores sanitarios y personal de laboratorio adecuadamente protegidos”, señaló la OMS.
Reafirmó que la auxiliar de enfermería infectada estuvo solo dos veces en contacto con el religioso español Manuel García Viejo, repatriado con ébola desde Sierra Leona, y que en ambas ocasiones utilizó una vestimenta de protección personal apropiada.