Bali. El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, se ausentó el viernes de varias intervenciones de sus homólogos del G20 en Indonesia, tras numerosas declaraciones occidentales que condenaron la invasión de Ucrania por tropas rusas.
Los participantes expresaron “su profunda preocupación por las consecuencias humanitarias de la guerra” en Ucrania, dijo la ministra indonesia, Retno Marsudi, al clausurar la reunión de este foro de potencias industrializadas y emergentes, en la isla de Bali. Pero el G20 no condenó unánimemente la invasión rusa y solo “algunos de sus miembros” lo hicieron, agregó.
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Sin embargo, el secretario de estado de Estados Unidos, Antony Blinken, aseguró a los periodistas que “lo que hemos escuchado hoy es un gran coro de todo el mundo, no sólo de Estados Unidos (...), sobre la necesidad de poner fin a la agresión” rusa.
Lavrov, que coincidió por primera vez con Blinken desde el inicio de la operación militar rusa a fines de febrero, se ausentó durante su discurso. Tampoco estuvo presente cuando habló el ministro ucraniano, Dmytro Kuleba, por videoconferencia, ni cuando tomó la palabra la ministra alemana, Annalena Baerbock, quien según fuentes diplomáticas afirmó que Lavrov “no está interesado en la cooperación internacional ni en el diálogo con sus otros socios”.
La ministra francesa, Catherine Colonna, manifestó que “Rusia estaba tan aislada que Lavrov se fue de la conferencia a media jornada, tras haber hablado” ante el foro.
‘Fracaso occidental’, según Moscú
Rusia consideró en cambio que los países occidentales “fracasaron” en su tentativa de aislarla. “Nadie apoyó a los regímenes occidentales”, escribió en Telegram la portavoz del Ministerio ruso de Exteriores, Maria Zajárova. La vocera calificó de “totalmente absurdas” las declaraciones de Baerbock y afirmó que “los ciudadanos alemanes deben saber que su ministra de Relaciones Exteriores (...) les está mintiendo”.
En su intervención, Blinken denunció la responsabilidad de Moscú en la crisis alimentaria y energética mundial y pidió a Rusia que autorice la salida de grano de Ucrania. Lavrov, a su vez, afirmó que los países occidentales utilizan al G20 para criticar a Rusia en lugar de abordar los grandes problemas mundiales.
En Ucrania, las críticas occidentales no impidieron al ejército ruso seguir bombardeando la región de Donetsk con el fin de apoderarse del conjunto de la cuenca del Donbás, su objetivo estratégico desde que se retiró de los alrededores de Kiev a fines de marzo.
Blinken había discutido antes de la reunión plenaria con sus pares de Francia y Alemania y con un representante británico sobre esta guerra “injustificable y no provocada”, informó el departamento de Estado en un comunicado. Estados Unidos, respaldado por una parte de sus aliados, pidió que Rusia fuera excluida de los foros internacionales.
El encuentro de Bali se vio empañado por el anuncio del ataque que costó la vida al ex primer ministro japonés Shinzo Abe durante un acto electoral en su país. La cita de Bali es el preludio de la cumbre de gobernantes que se realizará en noviembre en la isla indonesia, programada para discutir la recuperación mundial tras la pandemia del covid-19.
Pero la atención se ha volcado en la invasión rusa de Ucrania, que sacudió los mercados mundiales, disparó los precios de alimentos y generó denuncias de crímenes de guerra rusos. La cita se da en momentos que el presidente estadounidense, Joe Biden, ha dicho que espera conversar las próximas semanas con su homólogo chino, Xi Jinping, con quien habló por última vez en marzo.
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