Islamabad AP. Representantes del Gobierno de Pakistán y negociadores de milicias talibanes iniciaron conversaciones de paz ayer, en la capital del país, con lo que finalizó el estancamiento en las negociaciones, informaron las autoridades.
Las conversaciones debieron comenzar el martes, pero se retrasaron debido a que los negociadores del Gobierno buscaron que se aclarara la identidad de los negociadores del Talibán.
Pero la disputa se resolvió y la televisión estatal mostró a los negociadores de ambas partes sonriendo durante la reunión.
Expectativas. Según la televisión, el líder del equipo del Gobierno, Irfan Sadiqui, dijo al delegado talibán Maulana Samiul Haq, que el primer ministro, Nawaz Sharif, Nawaz Sharif deseaba ver el fin del terrorismo. A cambio, Haq aseguró su pleno apoyo al éxito del proceso de paz.
Sharif anunció el mes pasado que su gobierno deseaba entablar negociaciones y designó un equipo de cuatro miembros encabezado por Sadiqui, periodista y asesor del primer ministro. También incluye a otro periodista, un exespía y un exdiplomático.
Sin embargo, una serie de ataques recientes ha impuesto presión sobre Sharif para que lance una operación militar contra el Talibán en su base de apoyo en las regiones tribales fronterizas con Afganistán.
El Talibán pakistaní, que lucha para derrocar el Gobierno e imponer su visión estricta del islam en todo el país, ha matado a miles de civiles, soldados, policías y funcionarios oficiales. En un mitin en Islamabad, Haq rechazó el miércoles algunos ataques recientes y afirmó que un trío de “fuerzas enemigas”, en referencia a EE. UU., Israel y el archienemigo India, trataba de descarrilar el diálogo.
Camino difícil. Para analistas locales citados por la prensa local, las demandas de los insurgentes son difíciles de asumir por el Estado pakistaní.
Según diversos expertos, las demandas de los talibanes incluyen la suspensión de toda actividad militar en las áreas tribales (incluidos los drones estadounidenses), la liberación de los presos talibanes y cambios en la Constitución para imponer la ley islámica.
Los negociadores del Talibán no son del grupo, aunque voceros talibanes dicen que gozan de la confianza plena de los milicianos.