Jerusalén AFP Dos palestinos mataron ayer a una joven israelí e hirieron gravemente a un soldado en sendos ataques que avivan el ciclo de violencia en Territorios Palestinos e Israel.
El primer ataque tuvo lugar a media jornada cerca de una estación ferroviaria de Tel Aviv, una ciudad que se había mantenido a salvo de la violencia. Un joven de 17 años apuñaló a un soldado israelí antes de ser detenido en un edificio luego de una breve persecución.
Cinco horas más tarde, otro palestino atacó con un cuchillo a tres colonos israelíes en una parada de autobús cerca de los asentamientos de Gush Etzion, al sur de Jerusalén, un lugar que cristaliza las tensiones.
Una mujer de 25 años murió acuchillada en el ataque y dos hombres resultaron heridos. Un guardia armado abrió fuego contra el agresor, quien falleció al poco tiempo.
Es la primera vez que palestinos utilizan este modus operandi para atentar contra ciudadanos israelíes.
Desde finales de octubre, Jerusalén fue el escenario de dos ataques con coche . En ambos casos, la Policía ultimó a los agresores.
La ciudad santa está inmersa en una espiral de violencia diaria. En varios barrios de Jerusalén Este, jóvenes lanzan piedras y petardos contra los policías.
Los palestinos están indignados porque estiman que se cruzó una “línea roja” cuando extremistas judíos reforzaron su campaña para reclamar el derecho a rezar en la Explanada de las Mezquitas, tercer lugar santo del islam.
Los disturbios se extendieron el fin de semana a las ciudades árabes de Israel después de que la policía mató a Jeir Hamdan , un joven que protestaba por el arresto de un familiar.
Las imágenes de la muerte de Hamdan cuestionan la versión de la Policía según la cual este suponía un peligro. En ellas se ve a los agentes bajándose del vehículo y a Hamdan tratando de huir.
Un policía le dispara entonces por detrás en varias ocasiones y el joven cae al suelo y es arrastrado por los agentes hasta el interior del vehículo.
El ministro israelí de Seguridad Interna, Isaac Aharonovich, volvió a defender a los policías, tras haber dedicado duras palabras a los agresores. “Nos chocó que un manifestante armado con un cuchillo amenazara a policías que se disponían a aplicar la ley”, declaró en la radio militar. “Doy mi apoyo total a los policías que actuaron para defenderse y neutralizar una amenaza”.
El centro jurídico de defensa de los derechos de la minoría árabe, Adalá, tachó el domingo su muerte de “ejecución a sangre fría”.
Los árabes israelíes, que representan más de 1,4 millones de personas, son los descendientes de los 160.000 palestinos que se quedaron en sus tierras tras la creación de Israel en 1948. Hasta el momento habían permanecido al margen de los disturbios que sacuden el país.
Esos ciudadanos, que suponen el 20% de la población, se quejan de sufrir discriminación por parte de los judíos.