Panamá y París. AFP y ACAN-EFE . Panamá no ocultó el lunes su preocupación y malestar por el posible daño a la “reputación” e imagen del país, consecuencia de las filtraciones de documentos que revelaron cómo una firma de abogados creó empresas en paraísos fiscales para decenas de personalidades mundiales.
El presidente, Juan Carlos Varela, expresó anuencia a “cooperar con cualquier Gobierno y con cualquier investigación” un día después de la divulgación de los Papeles de Panamá: 11,5 millones de documentos que cubren los más de 40 años de actividad del bufete Mossack Fonseca .
Un conjunto de medios de comunicación, agrupados en el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) , desvelaron el domingo que personalidades de todo el mundo, entre ellas 12 jefes de Estado, contrataron los servicios de esa firma de abogados para crear sociedades offshore y gestionar su patrimonio con el propósito de evadir el pago de impuestos.
El sector empresarial panameño reaccionó el lunes irritado porque las filtraciones fueron etiquetadas como Papeles de Panamá e indicó que el escándalo implica a otros países.
Para la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (CCIAP) , ese “bautizo” pone en entredicho “la reputación” del país, al tiempo que fustigó el uso de “documentos sustraídos de forma ilegal”.
Los empresarios hicieron un llamado al Gobierno para que encabece “un movimiento internacional en defensa” del país.
También el presidente Varela planteó la urgencia de “defender” la imagen de Panamá.
“Damos la bienvenida a cualquier publicación o a cualquier investigación que proteja el sistema financiero de Panamá y el mundo para que no pueda ser usado en algún momento para ningún acto ilícito”, añadió.
Horas antes, la vicepresidenta y canciller panameña, Isabel de Saint Malo, escribió en Twitter, desde Roma, que lamentaba todas estas publicaciones que afectan el nombre del país y reiteró que su gobierno ha tomado “medidas drásticas” para combatir el blanqueo de capitales.
Desde enero, rige una reforma legal para limitar el uso de acciones al portador de las sociedades panameñas y se creó un ente público para prevenir el lavado en zonas francas, casinos, bienes raíces, construcción, transporte de valores, casas de cambio, bolsa de diamantes y notarías.
Esas reformas permitieron a Panamá salir de una lista gris de blanqueo internacional, pero Europa y Estados Unidos le critican la falta de celeridad para levantar el secreto bancario y el intercambio automático de información.
OCDE ve deficiencias. En este sentido, el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) , Ángel Gurría, afirmó que “los Panama Papers (Papeles de Panamá) han sacado a la luz la cultura y práctica panameña del secreto (bancario). Panamá es el último gran reducto que sigue permitiendo ocultar fondos offshore” para no tributar.
El director del Centro de Política y Administración Fiscal de la OCDE, Pascal Saint-Amans, consideró que Panamá concentra “una serie de problemas” que enfrenta la lucha contra la evasión fiscal y es “el último mohicano”.
Añadió: “Los que no quieren declarar sus ingresos no van a tener muchos lugares adónde ir. Pueden ir a Panamá, que es el último mohicano”.
El Gobierno panameño ha dicho que accede al intercambio de información fiscal, pero con un modelo propio, bilateral y con garantías de confidencialidad para proteger su centro bancario, que aporta más de 7% al producto interno bruto (PIB) del país.
“Lo vemos como un ataque a todo nuestro sistema de servicios, como un asunto relacionado con estos organismos internacionales que quieren que Panamá no siga prestando estos servicios”, dijo José Álvarez, presidente del Colegio de Abogados.