A bordo del avión del Papa. El papa Francisco admitió este martes que curas y obispos abusaron sexualmente de monjas, dijo en el avión de regreso a Italia desde Emiratos Árabes Unidos ante el requerimiento de una periodista.
“Hubo curas y también obispos que hicieron eso”, dijo el Papa, que nunca antes había tratado este tema pero lo consideró de actualidad en la Iglesia.
A su parecer, este fenómeno es posible encontrarlo "en todas partes", pero está más presente en "algunas congregaciones nuevas y en algunas regiones".
LEA MÁS: Dirigente religioso del Vaticano renuncia luego de acusación de exmonja por acoso sexual
"Hemos estado trabajando durante mucho tiempo sobre este asunto. Hemos suspendido a varios clérigos que han sido despedidos por esta causa", señaló Francisco, sin mencionar nombres ni países.
"No sé si el proceso (canónico) ha terminado, pero también hemos disuelto algunas congregaciones religiosas femeninas que han estado muy vinculadas a esta corrupción", añadió, y señaló que la Iglesia no puede refugiarse en la negación
“¿Tenemos que hacer algo más? Sí. ¿Tenemos la voluntad de hacerlo? Sí”, apostilló el Sumo Pontífice.
El tema surge en medio del escándalo sobre el abuso sexual de menores de edad en la Iglesia católica y en medio de la era del #MeToo (#YoTambién) en que se ha reconocido que los adultos pueden ser víctimas de abuso también, cuando hay un desequilibrio de poder en una relación.
El año pasado, varios medios de comunicación informaron sobre casos de monjas que fueron víctimas de abusos en América del Sur, India, África y Europa.
En noviembre, la organización que representa a las órdenes de religiosas católicas del mundo, la Unión Internacional de Superioras Generales, denunció públicamente la “cultura del silencio y del secreto” que impidió que las monjas hablaran y exhortó a las hermanas a denunciar los abusos a sus superiores y a la policía. La semana pasada, la revista femenina del periódico vaticano L’Osservatore Romano identificó como culpable a la cultura clerical. La revista Women Church World señaló que el escándalo tiene un corolario: las monjas se ven obligadas a abortar a los hijos de los sacerdotes.
Francisco dijo que algunos clérigos fueron suspendidos por abusar de las religiosas, pero también señaló que el maltrato de las mujeres es un problema en la sociedad en general, donde siguen siendo consideradas “ciudadanas de segunda clase”.
“Es un problema cultural. Me atrevo a decir que la humanidad no ha madurado”, dijo. Añadió que en algunas partes del mundo el maltrato llega al punto del feminicidio.
Francisco atribuyó a Benedicto XVI, papa del 2005 al 2013, el haber tenido el coraje de abordar el problema, diciendo que es completamente errónea la impresión popular de que de alguna manera él fue débil ante el escándalo.