El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el máximo dirigente de Corea del Norte, intentarán en su segundo encuentro, este miércoles y jueves en Vietnam, alcanzar algo más que una declaración vaga sobre la desnuclearización de la península.
¿Cómo definen la desnuclearización?
Por aquí empieza la traba para avanzar hacia ese objetivo. Para Estados Unidos, implica que el régimen de Pionyang se deshaga de su arsenal nuclear y ponga fin a todo tipo de pruebas de armas de ese tipo.
Este miércoles, Trump insistió en el asunto e incluso vinculó un eventual despegue de la economía norcoreana a la renuncia de tener esas armas. Sin embargo, el propio Trump ha sido poco concreto en cuanto a lo que demandará a Kim. Antes de viajar a Hanói, el presidente dijo no estar apurado por arrancar a Corea del Norte un compromiso tajante con la renuncia a las armas nucleares en tanto ese país mantenga la moratoria unilateral de no disparar nuevos misiles atómicos.
Pionyang, por su lado, plantea que la desnuclearización es un asunto que no solo le atañe a ella y vincula esta meta a compromisos por parte de Estados Unidos y Corea del Sur.
En diciembre pasado, un comunicado oficial dejó claro que no se desprenderá de ese armamento mientras Washington no otorgue compromisos que garantice la seguridad del régimen comunista. Concretamente, la declaración puntualizó: “Cuando hablamos acerca de la península coreana, incluye el territorio de nuestra república y también toda la región de (Corea del Sur) donde Estados Unidos ha colocado su fuerza invasora, incluyendo armas nucleares. Cuando hablamos acerca de la desnuclearización total de la península coreana, significa el retiro de todas las fuentes de amenaza nuclear, no solo del sur y el norte, sino también de áreas vecinas a la península coreana”.
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A finales de enero, un informe de las agencias de inteligencia estadounidenses señaló que es muy poco probable que Corea del Norte se despoje de todo su arsenal nuclear. Ante una comisión del Senado, los directores de la CIA, el FBI y la Agencia Nacional de Inteligencia salieron al paso del optimismo de Trump. Dan Coats, jefe de la Agencia Nacional de Inteligencia, expuso: "Corea del Norte tratará de conservar sus (armas de destrucción masiva) y difícilmente cederá todas sus armas nucleares y capacidad de producción porque sus líderes consideran que las armas nucleares son cruciales para la supervivencia del régimen”.
Trump reaccionó furioso y descalificó el análisis. Llamó “ingenuos” a esos funcionarios y recomendó que "¡tal vez la inteligencia debería regresar a la escuela!”.
¿Es creíble el compromiso norcoreano con la desnuclearización?
El presidente de Estados Unidos sí está convencido de ese compromiso del régimen de Kim. En su respuesta a los jefes de inteligencia sostuvo que la relación con Corea del Norte “es la mejor que haya existido con Estados Unidos”, al tiempo que alabó a Piogyang por haber detenido sus ensayos misilísticos y nucleares.
Empero, esto último es objeto de cuestionamiento. Las mismas agencias de inteligencia estadounidenses son cautelosas. En julio del 2018, funcionarios señalaron su sospecha de que Pionyang está construyendo nuevos misiles, según imágenes satelitales recientes de una instalación que fabricó el primer misil capaz de alcanzar Estados Unidos. El diario The Washington Post, que dio a conocer esa inquietud, publicó que "esta nueva información no sugiere un aumento en las capacidades de Corea del Norte, pero muestra que el trabajo sobre armamento avanzado continúa varias semanas después de que el presidente Trump dijera en Twitter que Pionyang ‘ya no es una amenaza nuclear’”.
Asimismo, en agosto anterior, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) puntualizó que que no veía ningún indicio de que las actividades nucleares en Corea del Norte hayan cesado a pesar de sus promesas de desnuclearización. Esa agencia de la ONU no tiene presencia en territorio de Corea del Norete desde el 2009, pero monitorea la situación por medio de imágenes satelitales.
Aparte de Estados Unidos, ¿cuáles otros países están interesados en un desarme verificable?
Indudablemente, los dos países vecinos con los que Corea del Norte ha tenido relaciones difíciles que, inclusive, han atravesado momentos de tensión. Es decir, Corea del Sur, que libró una guerra entre 1950 y 1953, y Japón, la expotencia ocupante que colonizó y explotó toda la península entre 1910 y 1945.
Ambos países están al alcance de misiles nucleares de corto radio, por lo cual estarán muy atentos a cualquier compromiso que Trump y Kim alcancen en cuanto a desmantelamiento de proyectiles. Para Estados Unidos, en cambio, la preocupación son los cohetes con alcance hasta de 10.000 kilómetros que sí podrían golpear su territorio.
¿Qué podrían ofrecer Trump y Kim para conseguir un acuerdo sustancioso?
Como lo señala la inteligencia estadounidense, el arsenal nuclear es para Corea del Norte su escudo de seguridad para la supervivencia del régimen político. Aunque a regañadientes, Washington sabe que cualquier ataque armado a Corea del Norte llevaría consigo una respuesta de Pionyang que, muy seguramente, apuntaría a amplificar el enfrentamiento con bombardeos contra Corea del Sur y Japón.
Para los norcoreanos, cualquier acuerdo necesariamente debe incluir el respeto a la vigencia de su sistema político y el levantamiento de las sanciones internacionales que asfixian su economía. Trump sabe que esas sanciones son una carta fuerte para presionar a Kim, de la misma forma que el norcoreano es consciente de la presión que puede ejercer con su arsenal nuclear.
La firma de un acuerdo de paz,que sustituya al armisticio de 1953 y que ponga fin al estado de guerra que aún prevalece en la península, podría contribuir a disminuir la desconfianza. De nuevo, es un asunto de interés para Estados Unidos, las dos Coreas y Japón.