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Los incendios en las instalaciones petroleras saudíes fotografiados por un satélite estadounidense. (HANDOUT/AFP)
Washington. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, enfrenta la encrucijada de si atacar Irán o no. En junio abortó la idea a último minuto, pero tras los ataques contra Arabia Saudí, que Washington atribuye a Teherán, Trump se enfrenta a una de las decisiones más importantes de su presidencia.
Una vez más, Trump está frente a un dilema que lo ha acompañado durante todo su mandato: su determinación a proyectar la imagen de un presidente fuerte, con tuits belicistas en mano, frente a su voluntad y sus promesas de campaña de pasar la página a la implicación de Estados Unidos en Oriente Medio, la cual considera que tiene un costo demasiado alto.
Este fin de semana, el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, acusó abiertamente a Irán de los ataques contra Arabia Saudí, y Trump dijo que estaban listos para responder, retomando la misma expresión usada en junio después de que Teherán destruyó un dron estadounidense.
Pero en ese episodio hace tres meses Trump decidió, “10 minutos antes de lanzar un ataque”, no actuar, ante la sorpresa de todos. Alegó que quería evitar una decisión desproporcionada con respecto a una acción que no había provocado la muerte de ningún estadounidense.
La supuesta responsabilidad de Teherán en el ataque del sábado contra dos instalaciones petroleras saudíes del grupo Aramco sigue siendo objeto de debate. La República Islámica calificó las acusaciones de “sin sentido”.
Remember when Iran shot down a drone, saying knowingly that it was in their “airspace” when, in fact, it was nowhere close. They stuck strongly to that story knowing that it was a very big lie. Now they say that they had nothing to do with the attack on Saudi Arabia. We’ll see?
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) September 16, 2019
El lunes, Trump denunció la “gran mentira” de Irán. “Ahora dicen que no tuvieron nada que ver con el ataque contra Arabia Saudí. Ya veremos”, sentenció en Twitter.
Conducta ambigua
El inquilino de la Casa Blanca ha tenido un comportamiento ambiguo sobre el tema de Irán, lo que genera dudas sobre su estrategia en una cuestión sensible.
Su indecisión sobre un eventual cara a cara con su homólogo iraní, Hasán Rohaní, la próxima semana en Nueva York al margen de la Asamblea General de Naciones Unidas es reveladora.
Durante toda la semana pasada, Trump alimentó las expectativas sobre un eventual encuentro, dejando entrever que el levantamiento parcial de las sanciones, que pide Teherán, ya no está descartado como al principio.
Sin embargo, el domingo dio un giro y denunció: “Las noticias falsas están diciendo que estoy dispuesto a reunirme con Irán ‘sin condiciones’. Esta es una afirmación incorrecta. (¡Como siempre!)”.
Richard Haass, presidente del Consejo de Relaciones Internacionales, manifestó que el presidente estadounidense acusa Irán sin pruebas, desmiente estar listo para un diálogo sin condiciones y todavía no tiene objetivos claros sobre Irán.
Después de meses de tensiones entre Washington y Teherán, ¿podría Trump pasar a la acción arriesgándose a que la escalada verbal dé paso a una militar?
O a la inversa, Trump podría decidir -después de las amenazas- tomar la vía de la diplomacia pocos días después de la salida de su gabinete de su asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, muy conocido por sus posiciones belicistas.
Para el mandatario republicano, la ecuación es complicada ya que él mismo sigue burlándose de la indecisión de su predecesor demócrata.
En varias oportunidades, Trump afirmó que "el desastre sirio" se habría terminado si Barack Obama hubiera hecho respetar la línea roja que él mismo había trazado. Tras anunciar que Estados Unidos estaba listo para atacar al régimen sirio después de un ataque con armas químicas, ante el estupor general, Obama decidió dar marcha atrás.
Para Ben Rhodes, un antiguo consejero de Obama, la estrategia de Trump sobre Irán con la decisión de retirarse del acuerdo nuclear, darle un cheque en blanco a los saudíes en Yemen y acumular sanciones y amenazas, es un fracaso.
“La catastrófica política de Trump nos ha colocado de una manera previsible al borde de una guerra aún más amplia”, se lamentó en un tuit, l tiempo que advirtió de una intervención militar estadounidense con consecuencias imprevisibles.