Jartum. La Policía sudanesa dispersó con gases lacrimógenos la multitud que se concentró este domingo en Jartum, una vez más, para exigir la salida del poder del régimen militar y la confección de un gobierno civil en el país, tras el golpe de Estado propinado por el Ejército en octubre del año pasado.
La multitudinaria protesta recorrió las calles de Jartum por convocatoria de la oposición, representada en los Comités de Resistencia de Sudán, que esperan congregar a más de un millón de personas para exigir a los militares que permitan la organización de un Gobierno civil, tras años de disputas después de la revolución que acabó con la dictadura de Omar Hasán Al Bashir en 2019.
En un comunicado recogido por el portal ‘Sudan Ajbar’, los comités aseguran que no tienen intención “ni de legitimar ni de reconocer al componente militar que gobierna el país”, de ahí la convocatoria de esta nueva concentración bajo el lema “Sudán es un solo país”, que tiene la intención de dirigirse al Palacio Presidencial.
Según testigos, la zona central de Jartum, donde se encuentran el palacio y varias instalaciones estratégicas como la Comandancia General del Ejército, están repletas de militares. Las autoridades cerraron los puentes que unen la capital con las ciudades hermanas de Omdurman y Jartum Norte para evitar que los manifestantes lleguen a las inmediaciones.
Las represión de las fuerzas de seguridad contra las protestas que comenzaron en octubre del año pasado, cuando los militares, liderados por Abdelfatá al Burhan, asumieron definitivamente el poder, han dejado ya más de un centenar de muertos, nueve de ellos en una manifestación reprimida con especial virulencia a finales del mes pasado.
65 muertos por conflicto territorial
Esta nueva protesta tiene lugar en un momento especialmente tenso para el país, que también experimenta violencia entre comunidades del estado de Nilo Azul, que ha dejado esta semana más de 65 muertos y 192 heridos, según informó este domingo el ministro de Salud de la región, Jamal Naser Al Sayed, en declaraciones al periódico sudanés Al Sudani.
Los enfrentamientos entre las comunidades berti y hausa, en el municipio de Qissan, por la posesión de unos terrenos, han dejado un total aproximado de 1.800 desplazados que se encuentran ahora refugiados en el campamento escuela de las Fuerzas Armadas en Damazin, la capital del estado, añadió el ministro.
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Qissan, y en general el estado entero, es escenario de conflicto desde 1986. Allí, las guerrillas han sido un serio problema para las autoridades, tanto para el depuesto dictador Omar Hasán Al Bashir, como para la junta militar que ahora mismo controla el país.
Ante esta situación, la Embajada de Estados Unidos declaró este domingo su “preocupación” y llamó al diálogo entre las partes. También el Consejo de Seguridad y Defensa de la junta militar golpista celebró una reunión para abordar la situación, según fuentes de Al Jazeera.