El conflicto armado entre dos grupos que desean hacerse con el control, tiene a Sudán al borde de la crisis.
Para entender el conflicto, hay que hacer un regreso en el tiempo hasta 2003 pues en ese periodo hubo una guerra civil.
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Darfur fue el epicentro de los combates junto a Jartum, esta región occidental todavía sufre las consecuencias de una guerra cuando el entonces dictador, Omar al Bashir, lanzó las milicias Janjaweed, conformadas por tribus árabes, contra las minorías étnicas rebeldes.
Durante 30 años Bashir controló Sudán hasta que en 2019 el pueblo, junto con las fuerzas armadas derrocaron la dictadura, y estaban listos para una sola cosa: la transición a la democracia.
Desde ese entonces fue un grupo de civiles quienes tomaron las riendas del país.
¿Los nuevos protagonistas?
Durante el golpe de Estado que puso fin a la transición democrática en octubre de 2021, el jefe del ejército, Abdel Fatah al Burhan, y el jefe de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), el general Mohamed Hamdan Daglo, conocido como “Hemedti”, unieron sus fuerzas para expulsar a los civiles del poder.
La disputa entre ambos generales bloqueó la transición democrática exigida por la comunidad internacional para reanudar su ayuda a Sudán, uno de los países más pobres del mundo.
Burhan, un soldado que ascendió en las filas bajo el gobierno del ahora encarcelado general islamista Bashir, aseguró que el golpe de 2021 era “necesario” para incluir a más facciones en la política.
Daglo, por su parte, calificó el golpe de “error” porque no logró producir cambios y reactivó algunos elementos del régimen de Bashir, derrocado por el ejército en 2019 tras protestas masivas.
El quiebre de su alianza se convirtió en una disputa que hasta ahora parece no tener fin.
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Estallido: 15 de abril 2023
La rivalidad entre ambos generales provocó la explosión del conflicto el 15 de abril, con cientos de civiles heridos y más de 50 muertos en tan solo 24 horas.
La comunidad internacional solicitó un alto al fuego, embajadas e instituciones debieron retirar de inmediato a todo su personal y la ayuda humanitaria cesó debido al conflicto.
Es por ello que acordaron un cese al fuego de 72 horas, pero la tiranía de ambos comandantes quebró la tregua.
“Cada minuto de guerra, más gente muere o se echa a la calle, la sociedad se desintegra y el Estado se debilita y descompone un poco más”, dijo Khalid Omar Youssef, un ministro civil del gobierno derrocado en un golpe en 2021 por los generales ahora enfrentados.
Al menos 550 personas murieron y 4.926 resultaron heridas, según las últimas cifras del ministerio de Salud, que probablemente son incompletas.
Fracaso mundial
El conflicto “tomó por sorpresa” a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), dijo este miércoles desde Nairobi su secretario general Antonio Guterres, señalando que el organismo internacional confiaba en el éxito de las negociaciones para una transición al poder civil.
“Podemos decir que fracasamos en impedirlo”, reconoció Guterres. “Un país como Sudán, que ha sufrido tanto (...) no puede permitirse una lucha por el poder entre dos personas”, agregó.
El ejército regular dijo que estaba dispuesto a cumplir con una nueva tregua de siete días acordada por los mediadores en Sudán del Sur, pero sus rivales paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) no respondieron.
Testigos en Jartum informaron de ruidosas explosiones e intercambios de disparos en las calles desde la madrugada de este jueves.