Ecuador vive desde el pasado lunes 8 de enero una ola de terror provocada por organizaciones criminales y bandas de narcotráfico en todo el territorio. Pero, ¿cuál fue el detonante?
La fuga de una cárcel de Adolfo Macías Villamar, alias Fito, jefe de la principal banda criminal de ese país conocida como Los Choneros, desató la crisis el pasado domingo.
Macías Villamar es considerado una de las personas más peligrosas del país, con presuntos nexos con carteles mexicanos y que, aparentemente, se fugó de una cárcel en la provincia de Guayas previo a una incursión que tenían planeada realizar las autoridades.
Roberto Izurieta, secretario de Comunicación, afirmó al canal Teleamazonas que “lo más probable” es que hubo “infiltraciones” sobre el inminente operativo.
![Ecuador](https://www.nacion.com/resizer/v2/E7II6KKUXJGODKWOV4IPBYHAW4.png?smart=true&auth=0c061834cf7409ae416b17e89145813300ebd9ccdbb588c1efea3495f4f13d2f&width=1200&height=628)
La fuga del capo y el incremento de la violencia perpetrada por las bandas narco llevó al gobierno de Daniel Noboa a ordenar, el pasado lunes, un estado de excepción por 60 días.
Dicha medida provocó una fuerte reacción de las organizaciones criminales que amenazaron con cometer distintos actos de violencia.
Siete policías fueron secuestrados en Machala (suroeste), Quito y en la Provincia de Los Ríos (suroeste). También se registraron explosiones contra una estación policial, la vivienda del presidente de la Corte Nacional y vehículos incendiados.
A los secuestros de policías se sumaron actos violentos en la costera Esmeraldas, una de las provincias ecuatorianas controladas por mafias. Varias personas arrojaron un artefacto explosivo cerca de una estación policial y dos vehículos fueron quemados en otros lugares, sin dejar víctimas.
Para el martes, 10 personas perdieron la vida a manos de los delincuentes. En su mayoría, oficiales penitenciarios.
Por otra parte, entre los incidentes registrados este martes figura la incursión de un grupo de hombres armados con fusiles y granadas, durante una transmisión en vivo en un estudio del canal de la televisión pública TC en Guayaquil.
Debido a lo anterior, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, declaró al país en “conflicto armado interno” e identificó a 21 grupos del crimen organizado transnacional como organizaciones terroristas y actores no estatales beligerantes.
Entre ellos: Águilas, Águilas Killer, Ak47, Caballeros Oscuros, ChoneKiller, Choneros, Corvicheros, Cuartel de las Feas, Cubanos, Fatales, Gánster, Kater Piler, Lagartos, Latin Kings, Lobos, Los p.27 y Los Tiburones. Además de Mafia 18, Mafia Trébol, Patrones, R7 y Tiguerones.
Por otro lado, este martes las autoridades ecuatorianas informaron de la huída de otro líder narco, Fabricio Colón Pico, uno de los dirigentes de Los Lobos, detenido el viernes por el delito de secuestro y su presunta responsabilidad en un plan para asesinar a la fiscal general.
Desde 2021 los choques entre presos han dejado más de 460 muertos. Además, los homicidios en las calles entre 2018 y 2023 crecieron en casi 800%, al pasar de 6 a 46 por cada 100.000 habitantes.
Otras informaciones
Panorama controlado, de momento
Las ciudades ecuatorianas presentan una relativa calma. Las últimas dos noches, que se esperaban violentas, fueron tranquilas. Los medios de comunicación ecuatorianos no reportan conflictos y la jornada terminó con 70 detenidos.
El motor de la economía de Ecuador es casi una ciudad fantasma. A imagen de su célebre Malecón, el extenso paseo que domina las aguas parduscas del río Guayas, hoy se muestra extrañamente desierto; Guayaquil, la destacada urbe portuaria de la costa del Pacífico de Ecuador, luce completamente vacía.
El acceso a los jardines a lo largo del muelle de cemento que domina el río está prohibido, y los restaurantes que habitualmente sirven a los turistas los afamados camarones locales permanecen cerrados.
Esta ciudad, con una población que supera los tres millones de habitantes y que es el epicentro de la economía ecuatoriana, pero también un foco del narcotráfico, se encuentra sumida en la psicosis de la violencia indiscriminada de las bandas criminales, en estado de guerra abierta contra el gobierno desde el domingo.
En el Malecón no se divisa a nadie. El centro de la ciudad, su auténtico núcleo, con sus oficinas públicas y su distrito de negocios, usualmente repleto al final de la jornada laboral, se presenta extrañamente vacío el miércoles por la tarde.
Apenas se avistan algunos vehículos en las avenidas principales, escasos peatones apresurándose de regreso a sus hogares y escaparates con las cortinas de hierro bajadas.
Ecuador vive momentos de crisis provocada por la toma del narcotráfico.