El empresario ruso Yevgeny Prigozhin, conocido como el líder del grupo de mercenarios Wagner, tuvo una trayectoria sumamente polémica y un ascenso vertiginoso durante el conflicto ruso-ucraniano, a tal punto que llegó a desafiar al autoritario Vladimir Putin.
El jefe de la milicia rusa Wagner, Yevgueni Prigozhin falleció este miércoles. Su nombre es parte de las víctimas fatales tras un accidente de un avión privado en la ciudad de Tver, informan los medios rusos.
Antes de involucrarse en el mundo de los mercenarios, Prigozhin pasó un tiempo en prisión y posteriormente se dedicó a la venta de perros calientes antes de adentrarse en la industria de servicios alimentarios y abrir restaurantes de renombre.
A los 62 años, este multimillonario de carácter volcánico y aspecto imponente logró forjar su presencia como una figura prominente en Rusia gracias al caos que acompañó la guerra. Sin embargo, su atrevido llamado a la rebelión contra el Estado Mayor del ejército regular ruso amenazó con poner fin abruptamente a su meteórico ascenso.
Con una cabeza rapada y rasgos severos, Prigozhin capitalizó la crisis en Ucrania para consolidar su liderazgo en el grupo Wagner.
A través de su afirmación como fundador de este grupo paramilitar, que operó en conflictos alrededor del mundo, alcanzó notoriedad. En mayo de este año, su logro de conquistar la ciudad de Bajmut se erigió como un hito en su carrera. No obstante, esta victoria exacerbó las tensiones con Vladimir Putin, ya que Prigozhin acusaba públicamente a los comandantes rusos de escasez de suministros y municiones.
Su estilo impredecible y provocador le llevó a realizar declaraciones polémicas y a emprender acciones que desafiaban la norma. Desde instar a sus hombres a luchar a cambio de amnistía hasta elogiar públicamente ejecuciones de desertores, Prigozhin demostró una naturaleza volátil y atrevida que divergía de las convenciones, incluso en la Rusia autoritaria.
Su atrevida provocación alcanzó su punto máximo cuando desafió al presidente ucraniano a un duelo aéreo desde la cabina de un caza.
Sin embargo, su vida no comenzó en la cúspide. Pasó casi una década en prisión durante los últimos días de la era soviética antes de convertirse en un vendedor de perritos calientes en San Petersburgo. A pesar de sus modestos inicios, logró ascender en las esferas empresariales y finalmente codearse con las altas esferas como empresario hostelero antes de embarcarse en un camino mucho más oscuro.
Si bien su muerte marca el fin de una vida repleta de controversia, la sombra de Prigozhin permanecerá como un recordatorio de cómo una figura audaz y desafiante supo aprovechar las oportunidades generadas por el conflicto para destacar en el escenario internacional. Su legado servirá como un ejemplo del entramado de motivaciones humanas y las complejas dinámicas de poder en tiempos de crisis.
Prigozhin estableció estrechos vínculos con la élite política rusa, incluyendo al presidente Vladimir Putin, quien solía frecuentar sus restaurantes en San Petersburgo.
Además, Prigozhin admitió haber fundado la Internet Research Agency, una entidad responsable de llevar a cabo una campaña en las redes sociales con el objetivo de influir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016, que resultaron en la elección de Donald Trump.
Estados Unidos impuso sanciones a Prigozhin y a algunas de sus compañías debido a su presunta interferencia en los procesos políticos estadounidenses.
No fue hasta febrero de 2023 que Prigozhin admitió haberse reunido con el fundador de dicha entidad, la cual llevó a cabo una campaña en las redes sociales en 2016 con el fin de manipular la opinión pública estadounidense antes de las elecciones presidenciales que resultaron en la victoria de Donald Trump.
A pesar de todo esto, Prigozhin volvió a enfocarse en su empresa de mercenarios y envió a sus combatientes a Ucrania en febrero de 2022, lo que generó conflictos con el alto mando militar ruso.
Prigozhin acusó al mando militar de Rusia de engañar y mentir tanto a los ciudadanos rusos como a Putin acerca de la verdadera situación en el frente de batalla en Ucrania.
El enfrentamiento de Prigozhin con el poder ruso llevó al Kremlin a anunciar un acuerdo para su traslado a Bielorrusia, después de que su desafío pusiera en peligro la estabilidad del país durante 24 horas.
La trayectoria de Prigozhin estuvo marcada por su participación en actividades sumamente controvertidas, desde la violencia ejercida por los mercenarios de Wagner hasta la supuesta interferencia en las elecciones estadounidenses.
Su relación con el poder y sus enfrentamientos con las estructuras de mando generaron polémica y tensión en Rusia.