Quito. AFP. El presidente de Ecuador, Rafael Correa , acusó ayer a sindicatos e indígenas de querer desgastar su gobierno mediante una campaña que recibe financiamiento de la derecha internacional, con miras a los comicios del 2017.
“Utilizan una estrategia de desgaste. Si pueden desestabilizarnos, lo hacen”, afirmó el mandatario en una entrevista ofrecida en la localidad andina de Riobamba.
“No pueden, saben del apoyo popular que tenemos, pero es tratar de desgastarnos hasta las próximas elecciones”, exteriorizó el mandatario.
El jueves, sectores de trabajadores e indígenas protestaron contra el gobierno de Correa en el marco de una serie de movilizaciones de colectivos opositores que se da desde el año pasado. En la de setiembre hubo 34 policías heridos y 53 detenidos, según cifras oficiales.
El presidente también denunció que una “turba” de manifestantes trató de agredirle en Riobamba durante las marchas convocadas a nivel nacional.
“Lo de ayer (jueves) fue un fracaso”, insistió Correa, en el poder desde el 2007 y cuya gestión fue aprobada por un 55% de los ecuatorianos en febrero, de acuerdo con la firma privada Cedatos.
Asimismo, expresó que las protestas de opositores en Ecuador son acciones de “politiquería para ver si nos ganan las elecciones y volver al pasado”, en el que sectores de ultraizquierda e indígenas manejaban la salud y educación según sus intereses.
La oposición también rechaza cambios constitucionales que debate el Parlamento, controlado por el oficialismo, para establecer la reelección indefinida, lo que habilitaría a Correa para los comicios del 2017 con miras a otro periodo de cuatro años.
En febrero, un 81% de la población consideró que la reelección indefinida debe ser aprobada en consulta popular.
En principio, las autoridades indicaron que unas 2.500 personas protestaron en la capital, donde hubo dos detenidos.