Saná. AP. Rebeldes chiítas que tienen cautivo en su casa al presidente yemení alcanzaron un acuerdo ayer con el gobernante para poner fin al violento enfrentamiento en la capital, informó la agencia noticiosa estatal SABA.
El acuerdo promete darle al movimiento rebelde chiita hutí mayor voz en los asuntos del país más pobre del mundo árabe a cambio de que el grupo retire sus milicianos de la residencia del jefe de Estado, Abed Rabbo Mansour Hadi, agregó SABA.
Empero, el acuerdo deja sin respuesta quién controla realmente el país y cuánto poder queda realmente en manos de Hadi, un importante aliado de Estados Unidos en la lucha contra la rama local de al-Qaeda.
En el acuerdo, los hutíes accedieron además a dejar en libertad a un importante asistente de Hadi a quien habían secuestrado en días recientes.
SABA dijo que el acuerdo incluye una cláusula que respondería a las demandas rebeldes de enmendar la Constitución y expandir su representación en el Parlamento y otras instituciones estatales. Incluye, además, promesas de asegurar mejor representación para los yemeníes del sur.
El pacto llama a Hadi a cambiar la comisión a cargo de redactar un proyecto de Constitución, para asegurar mejor representación de los hutíes.
También establece que Yemen será un Estado federal y dice que los asuntos controversiales serán discutidos luego.
El acuerdo deja contenciosos asuntos políticos sin resolver.
Los hutíes, que tomaron el control de la capital en setiembre, afirman que solamente desean una presencia justa en las estructura de poder, pero críticos dicen que los rebeldes quieren una presencia simbólica de Hadi como líder mientras retienen el control.
Opositores además aseveran que los hutíes están respaldados por Irán (chiita), lo cual los rebeldes niegan.
Asistentes de Hadi dijeron el miércoles que no había visibles cambios en la presencia hutí fuera de la residencia de Hadi tras el acuerdo.
Las autoridades del sur de Yemen cerraron el segundo mayor aeropuerto del país en protesta por la toma de poder por los rebeldes chiitas en la capital, Saná, que ha agravado la situación de caos y amenaza la unidad nacional.
La crisis aumenta el peligro de que Al-Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) , grupo que se responsabilizó del atentado del 7 de enero al semanario francés Charlie Hebdo y de fallidos asaltos en territorio estadounidense, pueda obtener ganancias del caos.