Dubái. Los rebeldes hutíes de Yemen lograron dotarse de un arsenal, formado por misiles, drones y otros equipamientos militares, que amenaza a la vecina Arabia Saudí, uno de los mayores compradores de armas en el mundo, estiman los expertos.
En junio, los rebeldes lanzaron 20 ataques contra el reino ultraconservador del golfo Pérsico. La defensa antiaérea saudí logró interceptar algunos misiles y drones, pero el aeropuerto internacional de Abha (sur) fue alcanzado, con un saldo de un civil muerto y otros 21 heridos.
“Hubo un refuerzo importante de las capacidades militares de los hutíes (...) sobre todo en lo referente a los misiles y los drones”, afirmó Andreas Krieg, profesor del King’s College de Londres.
Según Krieg, sus "capacidades actuales son superiores a las que disponían las fuerzas armadas yemeníes antes del comienzo de la guerra".
La guerra en Yemen opone los insurgentes, apoyados por Irán, a las fuerzas progubernamentales, respaldadas desde el 2015 por una coalición militar dirigida por Riad, gran rival regional de Teherán.
A comienzos de julio, los hutíes presentaron un dron de bombardeo, el Samad 3, y un misil de crucero, Al-Qods, durante una ceremonia por el quinto aniversario del comienzo de la guerra. Se hallan en un lugar secreto.
En un vídeo difundido por los hutíes, los jefes del grupo rebelde mostraron unos 15 modelos de nuevos misiles y drones.
El Samad 3 dispone de un radio de acción de 1.500 km, afirman los rebeldes, lo que podría permitirle alcanzar cualquier objetivo en Arabia Saudí y varias regiones de los Emiratos Árabes Unidos y Omán.
¿Quién los fabrica?
Durante la ceremonia, se vieron estas armas, de distinto tamaño y color, con la inscripción “Made in Yemen”.
La AFP no ha logrado confirmar de fuente independiente si estas armas fueron fabricadas por sus propios medios.
Arabia Saudí y Estados Unidos acusan a Irán de suministrar a los hutíes los planos y el entrenamiento necesario para los drones.
Teherán niega armar a los rebeldes, pero expertos de la ONU afirman haber identificado “restos de misiles, de material militar y de vehículos militares aéreos sin piloto de origen iraní”.
Hasta finales del 2018, los insurgentes usaron misiles que fueron sacando de los depósitos del Ejército, pero desde el comienzo del 2019 recurren cada vez más a un dron armado con explosivos llamado Qasef-2.
El ataque más grave se produjo, según los hutíes, el 14 de mayo contra un oleoducto saudí. Obligó a cerrarlo temporalmente.
Es la primera vez que “mostraron una aparente capacidad de alcanzar un blanco a 800 km en territorio saudí con drones”, según el centro de reflexión Jane’s 360, especializado en defensa.
Arabia Saudí, un peso pesado de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) gastó el año pasado unos $65.000 millones en compra de armas, convirtiéndose en uno de los cinco países (junto con Estados Unidos, China, India y Francia) que más gastaron en defensa, según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI).
Los puertos, las instalaciones militares y los aeropuertos saudíes estás muy expuestos a nuevos ataques, según Jane’s 360.
Los hutíes controlan desde el 2014 la capital, Saná, y buena parte del norte de Yemen. Resisten a la coalición militar liderada por Riad en una guerra que, según la ONU, provocó la peor crisis humanitaria del mundo y causó miles de víctimas.
Un oficial jubilado del ejército yemení, Jamil al Mamari, estima que "los hutíes no son capaces de fabricar misiles en Yemen". "Solamente de modificarlos aumentando la cantidad de explosivos que transportan y añadiendo dispositivos de control remoto", afirmó a la AFP.
Los rebeldes también lanzaron ataques con naves cargadas de explosivos, tanques, artillería pesada y misiles antitanque.
Husein Ibish, investigador del Arab Gulf States Institute en Washington, estima que Irán facilitó parte del armamento. "Su capacidad en materia de misiles es principalmente el resultado del apoyo directo de Irán y del Hezbolá" libanés, dijo a la AFP.
El jefe de los rebeldes, Abdel Malek al Huthi, calificó el refuerzo del arsenal de “milagro y resultado de su resistencia”.