La Iglesia católica de Nicaragua informó sobre la detención del sacerdote Óscar Danilo Benavidez, el encargado de la parroquia Espíritu Santo, del municipio de Mulukukú, en el Caribe norte del país. El cura habría sido interceptado por agentes de la Policía Nacional la tarde del domingo, cuando salía de oficiar una misa en la parroquia La Asunción.
“La parroquia ya había quedado sola, el padre iba saliendo con el conductor y en la vuelta le hicieron un operativo, lo rodearon tres camionetas llenas de antimotines, bajaron al sacerdote y dejaron al conductor”, declaró una fuente al diario local La Prensa, bajo la condición de anonimato por temor a sufrir represalias.
La aprehensión la confirmó la Diócesis de Siuna, a la que pertenece la parroquia del presbítero Benavidez. “Desconocemos las causas o motivos de su detención, esperamos que las autoridades nos mantengan informados”, indicó la Iglesia en un comunicado.
La agencia de noticias católicas ACI Prensa precisó que la detención ocurrió alrededor de las 5.50 p. m. Hasta el momento, se desconoce el paradero de Benavidez.
Según lo reportaron medios de comunicación nicaragüenses, Benavidez sería el tercer sacerdote en ser encarcelado por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, en menos de tres meses. En junio, fue detenido el cura Manuel García, contra quien se dictaron dos años de prisión; y en julio la policía capturó a monseñor Leonardo Urbina, informó Confidencial.
Durante el mismo domingo, la policía nicaragüense arremetió contra otros dos sacerdotes, según La Prensa. En el departamento de Matagalpa, al cura Fernando Calero Rodríguez le quitaron la licencia de conducir y le impidieron llegar hasta la catedral, donde iba a participar de la misa de las 10 a. m. En el mismo departamento, los policías llegaron a la casa del párroco de la iglesia San José Obrero, de la comunidad de El Tuma, para indicarle que tenía prohibido viajar a la ciudad.
También en Matagalpa, permanece retenido en “casa por cárcel” el obispo Rolando Álvarez, a quien la policía le impide salir de la curia por, supuestamente, intentar “organizar grupos violentos” e incitar a “actos de odio” para desestabilizar al país.
El cardenal y arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, lidera los esfuerzos por intentar liberar a Álvarez. No obstante, el sábado, admitió que por el momento no ve una solución factible.
El viernes, la policía le notificó a lglesia católica nicaragüense que por “motivos de seguridad” se prohibió la procesión que se iba a realizar al día siguiente en calles próximas a la catedral de Managua, para concluir el congreso mariano que se realizó durante una semana en el país. La marcha religiosa tenía como propósito despedir una réplica de la virgen de Fátima, que regresaba a su santuario en Portugal luego de permanecer dos años en Nicaragua.
A inicios de julio, el régimen orteguista expulsó del país a un grupo de misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta, quienes buscaron refugio en Costa Rica.