Alepo
El Ejército sirio controlaba este sábado más de la mitad de la parte rebelde de Alepo, tras hacerse con un nuevo barrio en su gran ofensiva para reconquistar totalmente la segunda ciudad del país.
La batalla por Alepo sigue provocando masivas protestas internacionales por la muerte de cientos de civiles y el éxodo de otras decenas de miles.
Desde el 26 de noviembre, cuando cayó el mayor barrio rebelde, Masaken Hanano, el Ejército sirio, apoyado por milicias iraquíes, iraníes o libanesas, ha retomado una serie de sectores insurgentes.
El último en caer fue Tariq al-Bab, retomado el viernes por el régimen, indica el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), según el cual el Gobierno tiene ahora bajo su control cerca del 60% del sector rebelde de Alepo, que estaba en manos rebeldes desde el 2012.
El Ejército consiguió así controlar una carretera que une los barrios del oeste de la ciudad, dominados por las fuerzas progubernamentales, con el aeropuerto internacional de Alepo, controlado por el régimen y situado más al sur de Tariq al-Bab.
A pesar de los avances del Ejército, los rebeldes ayudados por el Frente Fateh al-Sham (exbrazo sirio de al-Qaeda) recuperaron el viernes el control del 70% del barrio de Sheij Said.
Dividida desde el 2012 entre un sector rebelde (este) y uno gubernamental (oeste), Alepo se convirtió en el principal frente del conflicto sirio, que causó más de 300.000 muertos en cinco años.
Con el fin de reconquistar toda la ciudad, el régimen lanzó el 15 de noviembre una brutal ofensiva para eliminar a los rebeldes de los barrios del este.
Desde entonces murieron 310 civiles, incluidos 42 niños, en el este de Alepo, y en el oeste fallecieron 65 civiles, entre ellos 28 menores, por disparos rebeldes, según el OSDH.
Este sábado, ataques aéreos del régimen en la zona rebelde dejaron al menos tres muertos y 10 heridos en el barrio de Chaar, según esta fuente y cinco personas murieron por disparos rebeldes en los sectores controlados por el Gobierno, informó la agencia oficial Sana.
Huida
En la última semana, más de 50.000 residentes del este de Alepo huyeron de sus barrios a causa de los combates callejeros, indicó el OSDH.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) está especialmente preocupada por la suerte de los 19.000 niños, que figuran entre los que se fueron desde el 24 de noviembre.
"Lo más urgente es proporcionar toda la ayuda que tanto necesitan estos niños y sus familias", declaró en Ginebra Christophe Boulierac, vocero de Unicef. "Es una carrera contrarreloj, el invierno ya está ahí", advirtió.
En respuesta a la indignación de la comunidad internacional, Rusia, uno de los principales aliados de Damasco, propuso la creación de cuatro corredores humanitarios en Alepo-Este para evacuar heridos y llevar ayuda.
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Rusia no participa en los actuales bombardeos de Alepo, pero su intervención militar de apoyo al régimen desde setiembre del 2015 ha contribuido a debilitar a los rebeldes.
Este sábado, en Roma, el enviado de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, hizo un llamado a "la influencia de Rusia o de Irán" para convencer al presidente Bashar al-Asad de "abrir una verdadera negociación".
"El mandatario no debe pensar que no necesita negociar porque una victoria del régimen se perfila en Alepo", dijo Mistura.
El régimen también retomó en las últimas semanas el control de varias localidades alrededor de la capital, Damasco, tras cerrar acuerdos con los rebeldes.