Moscú. Rusia acusó este domingo a Ucrania de lanzar un ataque contra el cuartel general de su flota en el mar Negro, situado en la anexada península de Crimea, y las autoridades de Mikolaiv, en el sur de Ucrania, afirmaron que la ciudad sufrió su peor bombardeo de todo el conflicto.
Según las autoridades prorrusas de la península de Crimea, que Moscú anexionó en 2014, un dron aterrizó en el patio de la sede de la flota y la explosión hirió a seis miembros del personal.
El ataque obligó a cancelar en la ciudad los festejos de la fiesta anual de la armada rusa, pero éstos se mantuvieron en San Petersburgo, en el oeste de Rusia, donde se celebró un desfile militar, en presencia del presidente Vladimir Putin.
Allí, Putin aseguró que la flota rusa recibirá un nuevo misil hipersónico en “los próximos meses” y firmó una nueva doctrina naval para reforzar las posiciones rusas en el Ártico.
Es la primera vez que las autoridades rusas informan de un ataque de este tipo desde el inicio de su ofensiva en Ucrania el 24 de febrero.
Un portavoz de la administración regional de Odesa negó que Ucrania estuviera detrás del ataque y calificó la acusación rusa de “provocación deliberada”.
Bombardeos “masivos” en Mikolaiv
Entretanto, las autoridades de Mikolaiv, en el sur de Ucrania, denunciaron el domingo bombardeos rusos generalizados durante la madrugada, que dejaron al menos dos civiles muertos.
“Mikolaiv sufrió un bombardeo masivo hoy. Probablemente el más fuerte hasta ahora”, escribió en Telegram el alcalde de la ciudad, Oleksandr Senkevich.
Según las autoridades ucranianas las víctimas son Oleksiy Vadaturskyi, dueño de la principal empresa ucraniana de logística de cereales, y su esposa, Raissa Vadaturska. Ambos se encontraban en su casa en el momento de los bombardeos, aseguraron las mismas fuentes.
Mijailo Podolyak, consejero de Zelenski, afirmó que su muerte no fue un accidente “sino un asesinato bien planeado”.
Mikolaiv es el mayor núcleo urbano controlado por Ucrania cerca de las líneas del frente en la región de Jersón, donde el ejército ucraniano ha lanzado una contraofensiva para recuperar el control del territorio costero de importancia económica y estratégica.
Más de la mitad de la población de esta ciudad, de 500.000 habitantes, ha huido desde el inicio de la guerra.
Rusia también golpeó las regiones de Járkov y Sumi, en el noreste del país, cerca de la línea de frente.
“Hoy hubo una sucesión de explosiones (...) al parecer, algunos edificios resultaron dañados”, declaró Igor Terejov, alcalde de Járkov, la segunda ciudad ucraniana.
Según el jefe regional de Sumi, Dmitro Zhivitski, unos 50 bombardeos dejaron una persona muerta y dos heridos el sábado por la noche.
Evacuaciones en Donetsk
En Donetsk, una de las dos provincias del Donbás donde Moscú centra el grueso de sus ataques en el este, tres civiles murieron y ocho resultaron heridos en bombardeos el sábado, según el gobernador de la región.
El domingo, periodistas vieron cómo una ambulancia recogía a un hombre tras intensos combates en la ciudad de Bajmut.
Horas antes, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, pidió a la población evacuar la región de Donetsk.
“Evacuen, les ayudaremos”, dijo el mandatario. “En esta fase de la guerra, el terror es el principal arma de Rusia”, agregó.
Responsables ucranianos estiman que hay entre 200.000 y 220.000 civiles en esta región.
“Investigación objetiva”
El llamado de Zelenski se produce después del bombardeo de una cárcel con prisioneros de guerra ucranianos en Olenivka, una localidad controlada por Moscú en esa provincia.
El ataque dejó decenas de muertos y ambos bandos se culpan de lo sucedido.
El domingo, el ministerio ruso de Defensa aseguró que había invitado al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y a la ONU a visitar el lugar para que se pueda realizar “una investigación objetiva”.
Pero el CICR afirmó en un comunicado a las 15H00 GMT que no había recibido “confirmación oficial” para visitar el lugar.
Aunque están “listos para ir a Olenivka”, ya que mantienen equipos en la zona desde 2014, cuando comenzaron los enfrentamientos con las fuerzas separatistas prorrusas.
Tras el ataque, Zelenski intensificó los llamados a la comunidad internacional, especialmente a Estados Unidos, para que declare oficialmente a Rusia como “Estado patrocinador del terrorismo”.
Respecto al transporte de granos, el portavoz de la presidencia de Turquía, Ibrahim Kalin, afirmó que hay “alta probabilidad” de que un primer barco salga del puerto de Odesa el lunes por la mañana, según los términos de un acuerdo alcanzado el 22 de julio.