Moscú. El ministro de Defensa de Rusia, Sergei Shoigu, adelantó que Moscú tendrá que llevar a cabo un cambio en sus políticas de seguridad en la región del Báltico y el Ártico tras la entrada de Suecia y Finlandia en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
“La participación oficial de Helsinki y Estocolmo en la planificación estratégica de la OTAN, la posible disposición del territorio de estos Estados para el despliegue de armas de ataque cambiará las condiciones de seguridad en la región del Báltico y el Ártico”, explicó Shoigu.
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Por ello, Rusia tendrá que revisar sus “enfoques” en materia de defensa, según comentó durante una conferencia sobre seguridad celebrada en Moscú, en la que también aseguró que la entrada de Finlandia y Suecia en la OTAN nada tiene que ver con la guerra en Ucrania.
Para Shoigu, el acercamientos de suecos y finlandeses a la Alianza “se viene dando desde hace muchos años” con iniciativas como la Cooperación Nórdica de Defensa, a la que ha calificado como “la rama norte de la OTAN” que sirve de “tapadera” para que estos países participen en sus entrenamientos.
Armas occidentales no afectan guerra
Por otro lado, Shoigu también descartó que Rusia tenga intención de usar armas químicas o nucleares durante la guerra con Ucrania, al mismo tiempo que negó que el apoyo de los países occidentales al bando de Kiev haya afectado al curso del conflicto fijado por Moscú.
Shoigu criticó a los medios que están difundiendo “especulaciones” sobre el supuesto uso de Rusia de este tipo de armas, todo un “relleno informativo”, que no es más que “una mentira absoluta”. “Desde un punto de vista militar, no hay necesidad de usar armas nucleares en Ucrania para lograr los objetivos establecidos. El objetivo principal de las armas nucleares rusas es disuadir un ataque nuclear”, zanjó.
En lo que respecta al uso de armas químicas, el ministro ruso Shoigu sostiene que son acusaciones “absurdas” y que, a diferencia de Estados Unidos, Rusia destruyó en el 2017 este tipo de armamento cumpliendo con sus obligaciones internacionales.
Shoigu también abordó el papel de los países occidentales en esta guerra, el cual, a pesar del envío de armamento, no ha variado el rumbo que se había fijado el Kremlin cuando el presidente, Vladímir Putin, anunció la invasión de Ucrania el pasado 24 de febrero, según dijo.
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“La operación militar especial ha disipado el mito sobre la ‘superarma’ que Occidente está suministrando a Ucrania y que era capaz de cambiar radicalmente la situación en el frente (...). Sin embargo, estas armas también están siendo trituradas. No han tenido un impacto significativo en la situación”, mencionó.
El ministro ruso criticó que las operaciones de las fuerzas ucranianas sean “planificadas y coordinadas” por asesores militares extranjeros y que en Europa la seguridad haya empeorado debido a las cada vez más “agresivas” y “antirrusas” acciones militares de la OTAN.
“La OTAN se ha quitado la máscara. La naturaleza agresiva del bloque ha dejado de esconderse detrás de la retórica exclusivamente defensiva de sus actividades. Los documentos sobre planificación estratégica de la Alianza contienen reclamos de dominio global en África, Oriente Próximo y Asia”, acusó.