Dnipro. Rusia bombardeó con misiles una clínica en la ciudad ucraniana de Dnipró, dejando dos muertos y más de 20 heridos, y fue blanco de abundante fuego de artillería en una región fronteriza con Ucrania.
"Hay 23 heridos en Dnipró", indicó el jefe de la administración militar de esta región del centro del país, Serguii Lysak. Según detalló, dos hombres murieron en el ataque.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, publicó un video en el que se ven edificios muy dañados y de los que salen columnas de humo.
Medios locales publicaron videos de rescatistas ayudando a personas con el rostro ensangrentado a escapar de la clínica a través de los corredores, llenos de escombros.
"Otro ataque ruso con misiles, otro crimen contra la humanidad", apostilló Zelenski.
Según su esposa Olena, el centro atacado era una clínica de atención psiquiátrica.
El gobernador militar Lysak destacó que la región fue "masivamente atacada" durante la noche "con misiles y drones".
Kiev a su vez dijo haber sufrido durante la noche el 13º ataque aéreo ruso desde inicios de mes, esta vez con misiles de crucero lanzados por bombarderos Tu-95MS desde la región del mar Caspio.
"Según las informaciones preliminares, todos los objetivos del enemigo en el espacio aéreo de Kiev fueron detectados y destruidos", indicó la administración militar de la capital, que no reportó daños materiales ni víctimas.
En su parte matutino diario, el mando militar ucraniano señaló 55 ataques aéreos rusos en las últimas 24 horas, incluido uno que dañó una represa en la zona de Donetsk, en el este del país, lo que hace correr un "elevado riesgo de inundación en poblaciones vecinas".
El ejército ruso confirmó haber llevado a cabo bombardeos nocturnos en Ucrania, y dijo haber apuntado a “lugares de almacenamiento de municiones” y “golpeado todos los puntos designados”.
Bombardeos en Belgorod
Moscú reportó por su lado bombardeos ucranianos en la región de Belgorod, fronteriza con Ucrania, por quinta jornada consecutiva.
La región recibió decenas de disparos de artillería en las últimas 24 horas, que causaron daños materiales pero no víctimas, según el gobernador Viacheslav Gladkov.
Los disparos tomaron entre sus blancos el pueblo de Kozinka, en el distrito de Graivoron, donde el lunes y el martes se produjo una importante incursión armada procedente de Ucrania y reivindicada por dos grupos de rusos exiliados que combaten contra las fuerzas de Moscú. El pueblo se vio alcanzado por 132 obuses, según el gobernador.
El gobernador afirmó también que el distrito de Belgorodski, que rodea la capital regional Belgorod, se vio golpeado por 14 disparos, en particular de drones, uno de los cuales bombardeó un edificio administrativo y causó daños.
En Krasnodar, una ciudad rusa a 200 km de la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014, dos drones dañaron edificios pero sin causar víctimas, según el gobernador, Veniamin Kondratiev.
Estos ataques cruzados se producen cuando Ucrania dice estar preparando desde hace meses una contraofensiva frente a las fuerzas rusas que ocupan el sur y el este del país, tras recibir múltiples entregas de armas occidentales.
En ese sentido, la diplomacia rusa “protestó enérgicamente” ante la embajada de Estados Unidos por las “inaceptables declaraciones” del consejero de seguridad nacional del presidente Joe Biden, Jake Sullivan, al que acusó de “aprobar” los ataques ucranianos en territorio ruso.
Bielorrusia
En otro foco de tensión, Bielorrusia, aliada de Moscú, afirmó la noche del jueves que Rusia había empezado a transferir armas nucleares en su territorio, cumpliendo con el anuncio hecho en marzo por el presidente ruso, Vladimir Putin.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, no confirmó estas informaciones el viernes, y se limitó a destacar que Bielorrusia "enfrenta actitudes poco amistosas, e incluso hostiles, por parte de países vecinos".
“Hay que seguir por tanto desarrollando y robusteciendo nuestras relaciones con nuestros aliados (...) incluyendo en el ámbito militar”, añadió el portavoz.