Kiev. Rusia descartó este lunes cualquier negociación con Ucrania “en la fase actual” debido a la ofensiva lanzada por las tropas de Kiev hace dos semanas en la región rusa de Kursk. Según el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, la ofensiva está alcanzando sus objetivos.
El 6 de agosto, el ejército ucraniano atacó la región fronteriza de Kursk, tomando el control de parte del territorio en una incursión que sorprendió a Moscú. Esta acción trasladó, por primera vez de manera masiva y prolongada, los enfrentamientos al territorio ruso.
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El consejero de Zelenski, Mijailo Podoliak, afirmó el viernes que uno de los objetivos de esta ofensiva es “persuadir a Rusia para entrar en un proceso de negociaciones justas” y evitar la ocupación permanente de los territorios tomados.
“En la fase actual, dada esta aventura, no hablaremos”, declaró este lunes Yuri Ushakov, consejero diplomático del presidente Vladimir Putin, al medio ruso Shot.
“De momento, entablar un proceso de negociación sería totalmente inapropiado”, añadió.
Las conversaciones entre ambas partes están completamente bloqueadas desde la primavera boreal de 2022, poco después del inicio de la ofensiva militar rusa en Ucrania.
Moscú exige a Ucrania que acepte la anexión de parte de su territorio, mientras que Zelenski reitera que la paz solo será posible si el ejército ruso se retira completamente, incluida la península de Crimea, anexada por Rusia en 2014.
El mandatario ucraniano planea elaborar un plan para noviembre, fecha de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, aliado vital de Kiev. Este plan serviría de base para una futura cumbre por la paz a la que el Kremlin debe ser invitado.
Progresión rusa en el este
Aunque la ofensiva en Kursk acaparó la atención, el epicentro de los combates sigue siendo el este de Ucrania. Rusia afirmó este lunes que tomó Zalizne, un “importante” asentamiento en la región de Donetsk donde antes de la guerra vivían unos 5.000 habitantes.
La toma de Zalizne (Artemovo en ruso) ocurre en un momento en que las fuerzas rusas, más numerosas y mejor equipadas, también se acercan a la ciudad de Pokrovsk, un importante núcleo logístico situado a unos 50 km.
Después de que los rusos tomaran varias localidades en dirección a Pokrovsk en los últimos días, el gobernador regional anunció este lunes “la evacuación forzosa de familias con niños” en esta aglomeración de más de 53.000 habitantes.
Según las autoridades ucranianas, los bombardeos rusos mataron a cuatro personas en dos ataques separados en Toretsk y Zarichne, dos localidades cercanas al frente.
Zona de amortiguamiento
“Estamos alcanzando nuestros objetivos” en Kursk, declaró este lunes Zelenski, tras indicar la víspera que la ofensiva de sus tropas busca “crear una zona de amortiguamiento” entre Rusia y Ucrania.
Según Kiev, su ejército ha tomado el control de 82 localidades y 1.150 kilómetros cuadrados de territorio. Por su parte, Moscú afirma con frecuencia estar “repeliendo” los asaltos ucranianos.
Se trata de la mayor operación militar de un ejército extranjero en suelo ruso desde la Segunda Guerra Mundial.
El domingo, Ucrania afirmó destruir un segundo puente en la región de Kursk, lo que reduce la posibilidad de que el contingente ruso estacionado al sur del río Seim se refuerce o se retire.
Las hostilidades ya obligaron a decenas de miles de personas a evacuar la zona fronteriza en ambos países.
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Las autoridades locales rusas declararon el estado de emergencia en la ciudad de Proletarsk, en el suroeste de Rusia, donde un ataque ucraniano con drones incendió el domingo reservas de combustible y dejó al menos 18 bomberos heridos. El incendio seguía activo este lunes y, según el gobernador regional, Vasili Golubev, se enviaron medios adicionales para controlar las llamas.
En el frente diplomático, Alemania aseguró este lunes que, a pesar de su intención de reducir sus gastos presupuestarios para Kiev en 2025, seguirá “plenamente comprometida” con su apoyo militar.
Para compensar esta reducción, el segundo mayor contribuyente de ayuda a Ucrania otorgará un préstamo de $50.000 millones, garantizado por los futuros intereses generados por los activos rusos congelados.
“Necesitamos entregas más rápidas de equipos por parte de nuestros socios”, afirmó Zelenski el domingo. “La guerra no se toma vacaciones”.