Moscú. El encuentro de los jefes de las diplomacias de Armenia y Azerbaiyán, patrocinado por Rusia, comenzó el viernes en Moscú con la esperanza de poner fin al conflicto en la región separatista de Nagorno Karabaj, donde persisten los intensos combates.
Hasta ahora insensibles a los insistentes llamados internacionales a la tregua, Azarbaiyán y Armenia enviaron a sus ministros de Relaciones Exteriores a Moscú para sostener negociaciones, lo que da una primera esperanza de un cese de las hostilidades.
Los ministros Zohrab Mnatsakanian (Armenia) y Ceyhun Bayramov (Azerbaiyán), viajaron a Moscú invitados por el presidente ruso, Valdimir Putin.
Antes de las negociaciones, el primer ministro ruso, Mijail Michustin, se entrevistó con su homólogo armenio, Nikol Pashinyan, en Ereván este viernes.
"Estamos listos para la reanudación del proceso de paz en relación con las recientes declaraciones de los presidentes y ministros de Relaciones del Grupo de Minsk", nombre dado al grupo de tres países mediadores (Rusia, Estados Unidos y Francia), declaró el viernes Pashinyan.
“Damos una oportunidad a Armenia de solucionar el conflicto pacíficamente. Es su última oportunidad”, dijo el presidente azerbaiyano, Ilham Aliev, en un discurso por televisi[on. “Regresaremos de todas maneras a nuestras tierras”, afirmó.
Putin, quien se reunió con el mandatario azerbaiyano y con el primer ministro armenio, “insta al cese de los combates en Nagorno Karabaj por razones humanitarias, para poder intercambiar los cuerpos de los muertos y los prisioneros”, según un comunicado del Kremlin del jueves por la noche en el que se anunciaban las negociaciones.
Búsqueda de tregua
“Nos orientamos hacia una tregua esta noche o mañana, pero todo es aún frágil”, declaró el viernes la Presidencia francesa, tras conversaciones telefónicas del presidente Emmanuel Macron con Pashinyan y Aliyev.
"Es un proceso que se ha coordinado desde inicios de la semana con Vladimir Putin. Prepararemos la reanudación de las negociaciones en los próximos días, en el marco del Grupo de Minsk", subrayó el Palacio del Elíseo.
Después de una noche de jueves relativamente tranquilas, nuevas salvas de cohetes y explosiones se escucharon en Stepanakert en la tarde del viernes. Uno de los cohetes cayó a unos metros del cementerio de excombatientes.
“Los disparos de artillería continuaron en varios sectores de la línea del frente. El enemigo alcanzó zonas pobladas con cohetes y artillería”, afirmó el centro de información del Gobierno armenio, el cual aseguró que el ejército separatista mantenía la situación bajo “control”.
El Ministerio de Defensa de Azerbaiyán también informó de violentos combates en el frente, y afirmó que había infligido varias derrotas al enemigo.
Desde el 27 de setiembre, esa región montañosa del Cáucaso es escenario de fuertes enfrentamientos entre los separatistas armenios de la república autoproclamada de Nagorno Karabaj y las fuerzas azerbaiyanas.
El viernes por la mañana, el balance ascendía a más de 400 muertos, incluyendo 22 civiles armenios y 31 azerbaiyanos. Pero sigue siendo muy parcial y Azerbaiyán no anuncia sus pérdidas militares. Ambos bandos afirman haber eliminado a miles de soldados enemigos.
En los últimos días, los combates se extendieron con bombardeos en zonas urbanas, y ambos bandos se acusan mutuamente de apuntar contra civiles. Según las autoridades separatistas, la mitad de los 140.000 habitantes de Nagorno Karabaj tuvieron que dejar sus hogares a causa de los enfrentamientos.
Azerbaiyán está determinado a conquistar por las armas Nagorno Karabaj, una región separatista poblada esencialmente por armenios y asegura que solo la retirada de las tropas enemigas pondría fin a los combates.
En una región donde rusos, turcos, iraníes y occidentales tienen intereses, el temor es que el conflicto se internacionalice.
Turquía ya fue acusada de participar con hombres y armas en el conflicto, apoyando a Azerbaiyán.