Rusia y Turquía acordaron este sábado en Moscú “coordinar” sus acciones en Siria tras la retirada de las tropas estadounidenses del norte de este país, cuyo anuncio favorece nuevas alianzas.
La decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, alteró las alianzas en Siria. Los kurdos pidieron ayuda al régimen de Bashar al Asad ante una eventual ofensiva del ejército turco contra sus posiciones en el norte del país.
El ejército sirio se desplegó el viernes en la región de Manbij, en el norte de Siria, una decisión que satisfizo a Moscú pero molestó a Ankara.
En este contexto, una delegación turca se desplazó este sábado a Moscú donde se celebró una reunión entre los respectivos ministros de Relaciones Exteriores, Defensa y los responsables de los servicios de inteligencia.
“Nos pusimos de acuerdo con que los representantes militares rusos y turcos presentes en territorio sirio deben seguir coordinando sus acciones en este nuevo contexto con el objetivo de erradicar la amenaza terrorista de Siria”, aseguró el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, tras la reunión.
“Hemos hablado sobre la manera en que coordinaremos nuestro trabajo en el contexto de la retirada estadounidense”, confirmó su homólogo turco, Mevlüt Cavusoglu. “Compartimos el deseo de limpiar el territorio sirio de cualquier organización terrorista”, añadió Cavusoglu, quien dijo ser “optimista” sobre el acuerdo entre Rusia y Turquía.
Esta reunión se produce después que, la semana pasada, el presidente estadounidense, Donald Trump, anunciara de forma inesperada la retirada de 2.000 de sus soldados del norte de Siria.
Después de que las milicias kurdas pidieran ayuda al régimen de Al Asad, el ejército sirio se desplegó el viernes en la región de Manbij, siendo la primera vez en los últimos seis años en que las fuerzas de Damasco están presentes en esta zona.
Turquía denunció este despliegue, al considerar que las fuerzas kurdas “no tienen derecho” a pedir ayuda al ejército sirio. En cambio, el Kremlin calificó de “positiva” esta operación ya que servirá para “estabilizar la situación”.
Un periodista de la AFP no vio este sábado rastros de las fuerzas sirias en la ciudad de Manbij, pero las milicias locales se encontraban en estado de alerta, multiplicando los controles en esta ciudad estratégica próxima a la frontera con Turquía.
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Contexto
Rusia e Irán son los principales aliados de Damasco, mientras que Turquía apoyó a grupos rebeldes. Estos tres países están implicados en el proceso de Astaná, impulsado en enero de 2017 sin la participación de Estados Unidos. No obstante, este proceso aún no ha encontrado una solución política al conflicto en Siria, en el que han muerto más de 360.000 personas tras más de siete años de guerra.
“De la misma forma que en el pasado, continuaremos con el trabajo activo y la coordinación con nuestros compañeros rusos e iraníes para acelerar la solución política del conflicto en Siria", declaró Cavusoglu.
Rusia y Turquía también prometieron que cooperarán para favorecer el retorno a sus casas de los refugiados sirios y la creación de una zona desmilitarizada en Idlib, el último feudo de los rebeldes en Siria.
Según Moscú, una cumbre sobre Siria entre los presidentes ruso, turco e iraní está prevista para principios del 2019.