Trípoli. AFP. Los combates en Libia han puesto a su sistema de salud al borde del colapso por el éxodo de los extranjeros, en particular de los filipinos, que representan 60% del personal médico del país.
Debido a los combates que se registran desde hace dos semanas en Trípoli y Bengasi, principales ciudades del país, países, como Estados Unidos, Francia o Gran Bretaña, evacuaron a personal diplomático y a residentes .
Libia se inquieta en particular de la partida de 3.000 enfermeros y médicos filipinos y, también de los empleados indios que representan el 20% de los efectivos.
Los hospitales están desbordados por la afluencia de víctimas de los combates entre milicias rivales en Trípoli y Bengasi.
Inseguridad. En Trípoli murieron 102 personas y 452 resultaron heridas desde el 13 de julio, según el Ministerio de la Salud.
En Bengasi, el Ministerio contabilizó 77 muertos y 289 heridos.
El 20 de julio, tras el hallazgo del cuerpo decapitado de un filipino, el Gobierno del archipiélago exhortó a los 13.000 filipinos residentes en Libia a que salieran del país.
Desde entonces, 700 abandonaron el país norafricano, pero el resto prefirió por el momento quedarse, a pesar de los riesgos.
Sin embargo, después de conocerse que una enfermera filipina había sido violada, el Gobierno de Manila anunció que iba a enviar transbordadores a Trípoli para evacuar a sus ciudadanos.
Las centenares de enfermeras filipinas que trabajan en el Centro Médico de Trípoli, el hospital más grande de la capital, abandonaron sus tareas para protestar contra la agresión a su colega, lo que sumió el establecimiento en la anarquía.
“Los hospitales corren el riesgo de quedar paralizados” en caso de éxodo masivo del personal filipino, advirtió el vocero del Ministerio de Salud, Ammar Mohamed.
A ese problema se agrega la dificultad que tienen los médicos y los enfermeros libios para trasladarse a los hospitales debido a los combates y la escasez de combustible.
Frente al deterioro de la situación médica, el ministro de la Salud, Nureddin Doghman, ordenó a las embajadas de varios países, entre ellos Egipto, Turquía, Italia y Alemania, organizar un traslado de víctimas.
No obstante, los aeropuertos de Trípoli y Bengasi están cerrados por los combates , lo que dificulta los traslados médicos.
En tiempos de paz, la penuria de servicios médicos ya impulsaba a muchos libios a viajar al extranjero, especialmente a los países fronterizos, Túnez y Egipto, para seguir un tratamiento.
En Bengasi, dos de los tres grandes hospitales de la ciudad están cerrados. El hospital Al-Jala cerró sus puertas debido a que el Ejército y una milicia islamista se disputan el control.