París. Hanifa, madre de tres hijos, se vio separada de uno de ellos a mediados de agosto durante su caótica evacuación de Kabul. Desde hace seis meses permanece en Francia y a pesar de que fue bien recibida, se siente rota y no puede evitar las lágrimas al mencionar al pequeño Mustafá.
“Mi corazón no para de llorar”, resume la mujer, con sus ojos húmedos, en un amplio apartamento, donde se aloja junto a sus otros dos hijos. Para colmo, las conversaciones que mantiene con su hijo pequeño mediante Whatsapp son desgarradoras. Hanifa es una entre varios centenares de afganos evacuados de la embajada de Francia en Kabul el 17 de agosto, dos días después de la caída del país en manos de los talibanes.
LEA MÁS: En Afganistán, un grupo de mujeres desafía a los talibanes para defender sus derechos
Golpeada por extremistas delante de la delegación diplomática, pudo abordar a último momento junto a su hijo menor, Osmán, y al mayor, Bahar, de 3 y 8 años actualmente, uno de los autocares que partían hacia el aeropuerto de Kabul.
Pero, Mustafá, quien había llegado por separado con una tía, no tuvo la misma suerte. Finalmente, unos días después abandonó Afganistán por carretera, con su padre, alto funcionario del régimen derrocado. Ambos se encuentran en Uzbekistán.
“Agradezco mucho a Francia. Me brindó un apartamento y seguridad social” dijo Hanifa, quien exhibió su permiso de residencia por 10 años y su tarjeta de débito brindada por el Estado francés. “Pero, mi problema es Mustafá, insistió. Ya comenzó un trámite de reagrupamiento familiar, para reencontrarse con su marido e hijo, pero ignora los plazos y si será aprobado.
La AFP dialogó con un varios de los 2.600 evacuados a Francia entre el 16 y 30 de agosto, antes de la partida de las tropas estadounidenses. Otros 400 llegaron luego vía Catar y el ministerio de Exteriores afirmó que hay otras operaciones en curso. Ellos elogian el trato recibido. Pero a seis meses de su llegada, llevan una vida a medias tintas, por razones como el temor por sus familias bajo el régimen fundamentalista y el riesgo de hambruna.
Refugiados ‘VIP’
Los afganos evacuados tienen un trato de refugiados “VIP” por parte de las autoridades, indicó a la AFP una trabajadora social. “Los expedientes de estas familias que, en muchos casos provienen de la clase alta afgana, son tratados con rapidez”.
Usmán (nombre ficticio), exalto funcionario afgano, confía: “en Afganistán nos trasladábamos en autos blindados, con guardias armados porque no estábamos seguros. Aquí habitamos en un edificio normal, tenemos beneficios sociales y estamos en paz. Es mejor así”, aseguró.
Pero esta calma aparente se rompe con las noticias afganas. El padre de Usmán estuvo tres días secuestrado por los talibanes, y fue liberado por la presión de líderes tribales. Esto le hizo perder el sueño y tomar antidepresivos.
“Somos parte de Afganistán. No podemos olvidarlo”, dijo Usmán, quien fue asesor ministerial y hoy aspira a convertirse en trabajador social en centros de solicitantes de asilo, para “devolver algo de lo recibido”.
Vivir bajo tierra
Mostafa, de 31 años, también quiere estar activo, en cualquier trabajo, para “ocupar su mente”. Llegó junto a su madre Yasamin Yarmal, reconocida actriz, y dos de sus hermanas, pero, su esposa y dos hijos quedaron en el caos del aeropuerto de Kabul, donde miles de personas desesperadas intentaban poder partir.
“Los niños se desvanecieron con tantos apretujones y mi padre y mi mujer los llevaron al hospital. Fue entonces que pudimos acceder al aeródromo. Pero ellos no lograron juntarse con nosotros”, confesó en voz baja.
El exmilitar, afirmó que tomó la mejor decisión, puesto que de haberse quedado tendría que “vivir bajo tierra” para evitar represalias de los talibanes. Un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) confirmó que los fundamentalistas mataron a más de un centenar de exmiembros de la esfera gubernamental, fuerzas de seguridad o afganos que trabajaron para las tropas extranjeras desplegadas en Afganistán.
Cifra muy subestimada para otras fuentes. A fines de noviembre, la Organización No Gubernamental (ONG) Human Rights Watch atribuyó a los extremistas cien asesinatos o desapariciones forzadas en solo cuatro provincias.
LEA MÁS: Dos periodistas extranjeros en misión para la ONU fueron detenidos en Afganistán