Nueva York. La justicia de Estados Unidos condenó este martes a Dairo Antonio Úsuga David, alias “Otoniel”, el capo de la droga colombiana, a 45 años de cárcel por cada uno de los tres cargos de tráfico de drogas de los que se declaró culpable, aunque los cumplirá simultáneamente.
La jueza Dora Irizarry, del Tribunal del Distrito Este de Nueva York en Brooklyn, impuso la pena que había solicitado la fiscalía, alegando que este es “sin duda uno de los casos más graves en términos de actividad de narcotráfico” que instruyó la corte.
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El 25 de enero, Otoniel se declaró culpable de los cargos de empresa criminal continuada, conspiración para importar droga y tráfico marítimo de drogas, evitando así un prolongado y costoso juicio.
El que fuera líder supremo del Clan del Golfo (CDG) desde 2012 hasta 2021, una organización terrorista, paramilitar y de narcotráfico acusada de ser “uno de los mayores distribuidores de cocaína en el mundo”, reconoció en enero haber enviado 96,8 toneladas de cocaína a Estados Unidos a través de América Central y México. Sin embargo, la jueza “cree” que la cantidad real es mucho mayor.
Asimismo, aceptó pagar $216 millones en concepto de indemnización y multas que podrían alcanzar los $22 millones.
Tras la sentencia, el fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, afirmó en una declaración que “el Departamento de Justicia encontrará y responsabilizará a los líderes de las letales organizaciones narcotraficantes que causan daño al pueblo estadounidense, sin importar dónde se encuentren y sin importar cuánto tiempo tome”.
De poco le valió a Otoniel, con barba y visiblemente más delgado que cuando fue extraditado a Nueva York el 4 de mayo de 2022, pidió “disculpas al gobierno de Estados Unidos, a Colombia y a las víctimas por los crímenes que he cometido” y hacer un alegato a favor del fin del conflicto armado y una paz negociada en su país, para ablandar a la jueza, que le dijo mirándole a los ojos: “Dudo que, de no ser detenido, habría puesto fin a lo que estaba haciendo”.
La condena de Otoniel, de 51 años y que padece dos hernias y divertículos, pone fin a una era de poderosos narcos que lideraron el tráfico de cocaína desde Colombia, país que produce el 90% de la cocaína que llega a Estados Unidos.
Antes que él, en el mismo banquillo de la corte de Brooklyn se sentaron capos como el mexicano Joaquín “Chapo” Guzmán, condenado a cadena perpetua, o Daniel Rendón Herrera, quien fuera jefe de Úsuga y fundador del CDG, condenado a 35 años de cárcel.
El próximo febrero se prevé el inicio del juicio contra el expresidente hondureño, Juan Orlando Hernández, también por tráfico de droga.
Ejército de sicarios
Durante su “brutal reinado” como líder supremo del CDG, conocido también como “Los Urabeños”, Otoniel recurrió a la violencia para proteger a los miembros del clan, que llegaron a ser alrededor de 6.000, silenciar a los eventuales testigos y atacar a las fuerzas de seguridad con la ayuda de un “ejército de sicarios” que “secuestraban, torturaban y mataban a los competidores y a quienes consideraban traidores de la organización y a sus familias”, según la justicia estadounidense.
El fiscal Francisco Navarro afirmó que Otoniel es sin duda “el terrorista más peligroso de Colombia en este siglo” y tan peligroso como Pablo Escobar, una de las leyendas colombianas del narcotráfico.
“El acusado”, dijo Navarro, “no comenzó la violencia pero la asumió y la expandió”.
Desde la cárcel en Estados Unidos, después de su extradición, el capo demostró su poderío al desatar una cuenta represalia en 11 de los 32 departamentos de Colombia, en la que murieron cinco personas, entre ellas dos policías y un soldado, en ataques a comisarías, bloqueos de carreteras y sabotajes al sistema público de transporte.
Tras años evadiendo la detención, Otoniel fue arrestado el 23 de octubre de 2021 en la provincia de Antioquia, cerca de la frontera con Panamá.
Tres tribunales diferentes en Estados Unidos estuvieron detrás de él desde 2009.
Casi analfabeto, el colombiano comenzó su carrera delictiva como miembro de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), una organización paramilitar que Estados Unidos incluyó en la lista de organizaciones terroristas en 2001.
Según la DEA, la agencia antidrogas estadounidense, el CDG colaboró con los cárteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación para introducir droga en Estados Unidos.
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Cuentas pendientes en Colombia
La justicia colombiana también lo acusa de homicidio, terrorismo, reclutamiento de menores, secuestro y delitos sexuales, entre otros crímenes que cometió cuando fue guerrillero y paramilitar, antes de convertirse en el narcotraficante más buscado de Colombia.
Nacido en una familia campesina del noroeste de Colombia, Úsuga está acusado de abusar de niñas y adolescentes en las áreas bajo su influencia.
Su hermana Nini Johana Úsuga, conocida como “La Negra”, también fue extraditada a Estados Unidos para enfrentar acusaciones de narcotráfico.