Kiev. Las autoridades de ocupación rusas de la región ucraniana de Jersón acusaron este viernes a las fuerzas de Kiev de matar a cuatro personas, al bombardear durante su contraofensiva un puente sobre el río Dniéper utilizado para las evacuaciones.
En la misma región, Ucrania acusó a las fuerzas rusas de colocar minas en una represa hidroeléctrica para provocar una “catástrofe”.
El jefe adjunto de la ocupación rusa en Jersón, Kirill Stremousov, aseguró que “cuatro personas murieron” cuando el Ejército ucraniano bombardeó el puente Antonovski sobre el río Dniéper. “La ciudad de Jersón, como una fortaleza, se está preparando para su defensa”, agregó en Telegram. La televisión estatal rusa difundió imágenes de un vehículo dañado y de tráfico esperando para cruzar el río.
El Ejército ucraniano negó rápidamente apuntar contra civiles: “No atacamos infraestructura crítica. No atacamos localidades pacíficas o población local”, dijo a la televisión ucraniana la portavoz militar Natalia Gumenyuk.
Las fuerzas prorrusas instaron a los civiles a cruzar a la margen izquierda del río Dniéper ante el avance de la contraofensiva de Ucrania, que calificó ese desplazamiento de población de “deportación” de sus ciudadanos.
El jueves, Stremousov dijo que unas 15.000 personas ya fueron evacuadas. Su administración prevé desplazar de “50.000 a 60.000″ personas en unos días. Para el secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa de Ucrania, Oleksiy Danilov, se trata de una “deportación masiva” que busca cambiar “la composición étnica del territorio ocupado”.
La contraofensiva que le permitió a Ucrania recuperar grandes porciones de territorio en el este y el sur del país ha ganado impulso recientemente en su flanco meridional en Jersón, la primera gran ciudad ucraniana en caer, en marzo, ante la ofensiva rusa iniciada en febrero.
En esta zona, las fuerzas rusas “minaron la represa y las unidades de la central hidroeléctrica de Kajovka”, una de las infraestructuras más grandes de este tipo en Ucrania, denunció el jueves el presidente ucraniano Volodímir Zelenski.
“Rusia prepara de manera consciente el terreno para una catástrofe a gran escala”, porque si la represa explota, “más de 80 localidades, entre ellas Jersón, se encontrarán en la zona de inundación rápida”.
“Esto podría destruir el suministro en agua de una gran parte del sur de Ucrania”, y afectar el enfriamiento de los reactores de la central nuclear de Zaporiyia, que obtiene su agua en ese lago artificial de 18 millones de metros cúbicos, agregó Zelenski.
Veterano de las peores guerras de Rusia, el general Serguéi Surovikin, nombrado recientemente jefe de las operaciones en Ucrania, reconoció el martes que la situación en Jersón era “tensa” para su Ejército y advirtió que no temería tomar una “decisión muy difícil”.
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Amenaza desde Bielorrusia
Con sus infraestructuras energéticas atacadas desde hace una decena de días con el invierno en el horizonte, y confrontada a las fuerzas rusas en el sur y el este, Ucrania se alarmó el jueves de la posible apertura de un nuevo frente en el norte, desde Bielorrusia.
“La amenaza de que las fuerzas armadas rusas reanuden la ofensiva en el frente norte crece”, declaró a la prensa Oleksii Gromov, un responsable del Estado Mayor ucraniano.
Según él, “esta vez la ofensiva podría ser (lanzada) al oeste de la frontera bielorrusa para cortar las principales rutas de suministro de armas y equipos militares extranjeros”, que llegan por el oeste de Ucrania, especialmente a través de Polonia.