Sergio Ramírez decide exiliarse en España

A inicios de setiembre, la Fiscalía de Nicaragua acusó a Ramírez de “realizar actos que fomentan e incitan al odio y la violencia”, y ordenó su captura y el allanamiento de su residencia en Managua. Anteriormente, había sido citado por el Ministerio Público en calidad de testigo sobre sus vínculos con la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, la cual era dirigida por la aspirante opositora a la Presidencia, Cristiana Chamorro.

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El novelista, reconocido con el premio Cervantes, estaba fuera de Nicaragua desde junio cuando viajó a Estados Unidos para realizarse un chequeo médico. A su regreso, permaneció unas semanas en Costa Rica, donde se encontraba cuando se dio a conocer la acusación.

En ese momento, Ramírez también se preparaba para viajar a España a presentar su nuevo libro Tongolele no sabía bailar. Cuando llegó al Viejo Continente, sufrió un problema cardiaco y sus médicos le pidieron que mantuviera reposo, por lo que tuvo que limitar sus actividades y desplazamientos.

Se trata del segundo exilio de Ramírez, ya que durante la dictadura de Anastasio Somoza también se vio obligado a salir de Nicaragua. El laureado escritor fue vicepresidente del país vecino durante el primer gobierno sandinista de Ortega (1985-1990) y lo acompañó durante toda la primera década revolucionaria. En 1995, renunció por discrepancias con el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).