Freetown. AFP. Sierra Leona recuperaba ayer el pulso luego de tres días de confinamiento que permitieron descubrir decenas de muertos más a causa del ébola, mientras el religioso español que contrajo el virus en ese país llegó a Madrid para recibir atención.
1.753
casos registra Sierra Leona, segundo país de África occidental con mayor número de enfermos.
5.864
personas han enfermado desde marzo en Guinea Conakry, Liberia, Sierra Leona, Nigeria y Senegal.
296.720
personas han muerto por el brote de Ébola, según Organización Mundial de la Salud (OMS).
El toque de queda permitió detectar unos 150 casos nuevos del virus mortal y descubrir alrededor de 70 cadáveres, indicaron este lunes las autoridades.
El Gobierno defendió aquella medida y la consideró un éxito en su lucha contra la enfermedad, que produce fiebres y hemorragias, y se transmite entre los seres humanos por medio de fluidos corporales, como la sangre.
En Sierra Leona, donde el virus hemorrágico ha matado a más de 600 personas, los seis millones de habitantes debieron permanecer en sus casas en los últimos tres días mientras 30.000 voluntarios visitaban casa por casa para tomar la temperatura e instruir sobre el peligro de la enfermedad.
El balance de cadáveres hallados y casos detectados durante el confinamiento se limita a a la capital, Freetown, y sus alrededores.
Los resultados para todo el país podrían aumentar considerablemente la cifra global, indicaron ek lunes las autoridades.
“La población ha respetado la orden de permanecer en sus casas, lo que ha permitido a los equipos de campaña sensibilizar a las familias sobre el ébola”, resaltó un funcionario de los servicios de salud.
Por su parte, Liberia, el país más afectado , con más de 1.450 muertos, anunció que aumentará el número de camas para finales de mes desde las 250 actuales a 1.000, para tratar a los enfermos en Monrovia, la capital, cuya capacidad sanitaria se ha visto desbordada.
“Rechazamos a pacientes porque no tenemos sitio. Por ello, el Gobierno tratará de tener 1.000 camas para poder recibir a todos los pacientes”, declaró el ministro de Información, Lewis Brown.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió el 8 de setiembre de que Liberia podría registrar “varios miles de nuevos casos”.
En el condado de Montserrado (oeste), que incluye Monrovia, la OMS dijo que se necesitan urgentemente 1.000 camas para los enfermos de esta epidemia del virus del Ébola en el África occidental, la más grave, desde que se identificó en 1976.
Los últimos datos de la OMS hablan de que en Liberia se han registrado 2.710 casos, pero estas cifras son de hace una semana, y los servicios de salud de la capital han tenido que hacer frente a un enorme aflujo de pacientes en los últimos días.
Un segundo grupo de militares estadounidenses llegó el domingo a Liberia como parte de una misión de 3.000 soldados destinada a ayudar a los servicios de salud del país.
En Nigeria, donde el virus ha matado a ocho personas de 20 casos confirmados, se mantenía para este lunes la vuelta a clases tras unas vacaciones prolongadas por causa del ébola, pero el sindicato mayoritario de profesores está preocupado por los riesgos de propagación del virus en los centros escolares.
De hecho, la epidemia preocupa a todo el mundo. India anunció el aplazamiento de la 3ª cumbre India-África prevista en Nueva Deli en diciembre, al que tenían previsto asistir 50 países africanos.
Entretanto, el misionero católico español Manuel García Viejo, de 69 años, llegó el lunes a la capital española procedente de Sierra Leona en un avión del Ejército del Aire . Fue inmediatamente trasladado al hospital Carlos III.
El sacerdote “se encuentra de momento en una situación grave”, informó el centro médico.
García Viejo, médico especializado en medicina tropical, miembro de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, dirigía en Sierra Leona el hospital de Lunsar.