Hangzhou
El presidente Michel Temer, que el miércoles reemplazó a la destituida mandataria de izquierda Dilma Rousseff, aseguró este viernes en China que Brasil "ha pasado página" tras un periodo de "turbulencias políticas", en un viaje que busca inversiones y dar una imagen renovada del país.
"Hemos padecido turbulencias políticas y económicas, recesión, pero ya se ha pasado esta página", aseguró en declaraciones a la prensa tras una escala en Shanghái, antes de la cumbre del G-20 de potencias industrializadas y emergentes que se celebrará el domingo y el lunes en Hangzhou (este).
"Brasil deja resueltamente atrás toda la inestabilidad económica y política que padeció en los últimos años", manifestó luego de una reunión con el alcalde de la capital económica y financiera del país asiático, Yang Xiong, donde participó en un encuentro con empresarios chinos y brasileños.
Temer insistió en que China, principal destino de las exportaciones del país suramericano, "es el socio de cooperación que Brasil más necesita", enfatizando en el eje central de su visita al gigante asiático.
En su mensaje en el encuentro en Shanghái, que reunió a unos 100 empresarios brasileños y 250 chinos, Temer invitó a los asiáticos a "unirse a la construcción de este nuevo Brasil".
"En el Gobierno brasileño siempre hallarán un aliado que comprende la importancia del sector privado para la economía, un aliado que cuida de la salud financiera del país y que comprende que el interés público y privado dependen de reglas adecuadas", insistió.
La crisis económica "que estamos comenzando a superar no es menor", sostuvo Temer, que en un guiño a sus interlocutores chinos citó a Confucio.
La mayor economía de América Latina cerró en el 2015 con una recesión de 3,8% y este año se encamina a una contracción similar. Temer ha insistido en que el foco de su gobierno será reactivar la economía y sanear los enormes números rojos en las cuentas públicas.