París. El limitado ataque contra Irán el viernes, atribuido por funcionarios norteamericanos a Israel, sugiere que los dos archienemigos podrían buscar una desescalada, aunque las relaciones entre ambos son explosivas, apuntan los expertos.
La comunidad internacional teme que décadas de tensiones entre Israel y la República Islámica se conviertan en una confrontación directa, con el telón de fondo de la guerra entre el ejército israelí y el movimiento islamista palestino Hamás, respaldado por Teherán, en la Franja de Gaza.
Según altos cargos estadounidenses citados por varias televisiones norteamericanas, las explosiones registradas este viernes en el centro de Irán son una respuesta de Israel a los ataques lanzados por Teherán contra el territorio israelí el pasado fin de semana.
Israel prometió responder al inédito ataque, llevado a cabo con unos 300 misiles y drones, la mayoría de los cuales fueron interceptados. La comunidad internacional sigue llamando a la contención en Oriente Medio.
El viernes, Irán pareció querer suavizar la situación, señalando que el supuesto ataque israelí no había implicado misiles y que sus instalaciones nucleares estaban a salvo.
“Parece que estamos en un punto en el que ambas partes buscan salir del actual ciclo de escalada, con Israel llevando a cabo un ataque muy limitado para demostrar que respondió a los ataques iraníes, y Teherán minimizando rápidamente el incidente para no verse obligado a responder”, analizó Julien Barnes-Dacey, del Consejo Europeo para las Relaciones Internacionales, un centro de reflexión.
Hasni Abidi, del Centro de Estudios e Investigaciones sobre el mundo Árabe y Mediterráneo, con sede en Ginebra, subrayó que los dos ataques iraníes e israelíes eran “casi simétricos”, lo que podría llevarles a pensar que pueden dejarlo así.
“El ataque israelí alcanzó una base aérea que había sido utilizada como plataforma para lanzar misiles y drones contra Israel la semana pasada”, señaló. Y “los israelíes tuvieron cuidado de no golpear importantes posiciones nucleares en la misma provincia, en Isfahán”, añadió.
La situación puede apaciguar a Teherán, que no tiene “ningún interés en que esta tensión continúe”, pues su “prioridad absoluta” es proseguir con su programa nuclear, indispensable a la supervivencia del régimen, indicó este especialista en Oriente Medio.
Durante su ataque a Israel el pasado fin de semana, Irán también pudo calibrar “la capacidad de defensa antiaérea de Israel”, así como la movilización “sin precedentes” de Estados Unidos y, más ampliamente, del campo occidental al que se unió Jordania, añadió.
Prudencia
Irán lanzó más de 350 proyectiles hacia Israel el fin de semana. Casi todos fueron interceptados.
A pesar de que hay señales que apuntan a una desescalada, los expertos prefieren mantenerse cautos e indican que existe cierta incertidumbre alrededor de los objetivos de Israel.
“En mi opinión, Israel está en una lógica de escalada y no de desescalada”, afirmó Agnès Levallois, del Instituto de investigaciones y estudios sobre el Mediterráneo y Medio Oriente.
“Atacar a Irán es una forma de obtener un apoyo internacional mucho mayor” analizó, refiriéndose al hecho de que algunos países árabes creen que Teherán y su programa nuclear son en sí mismos un factor de desestabilización regional.
La experta también subrayó el carácter imprevisible del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, cuyo gobierno decidió responder al ataque iraní pese a las advertencias de Washington.
“Hay cosas que parecen obvias y razonables, pero sobre el terreno tenemos a un actor (...) que toma decisiones que parecen ir en contra de los propios intereses de Israel”, señaló.
Israel también intensificó sus incursiones contra el movimiento libanés proiraní Hezbolá en el sur de Líbano, lo que podría incitar a este último a querer “reparar el ultraje causado a Irán”, varios de cuyos oficiales fueron abatidos recientemente por Israel.
“La situación regional en su conjunto sigue siendo increíblemente febril, con el enfrentamiento entre estos dos países más directo que nunca”, declaró Julien Barnes-Dacey.
En un escenario más optimista, Agnès Levallois cree posible que Estados Unidos aceptó que Israel respondiera así, para evitar una reacción más fuerte.
Porque, según ella, “los riesgos son demasiado grandes” para Estados Unidos, los países del Golfo y el propio Israel.