Ankara. AFP, EFE Estados Unidos y Turquía acordaron ayer trabajar juntos para desalojar al grupo yihadista Estado Islámico (EI) del norte de Siria y continuar los bombardeos contra los rebeldes kurdos hasta que depongan las armas.
El objetivo de esta nueva alianza con Estados Unidos “es establecer una zona libre del EI y garantizar mayor seguridad en la frontera entre Turquía y Siria”, dijo un militar estadounidense en la visita del presidente Barack Obama a Etiopía.
El Gobierno turco, que hasta ahora había sido acusado de cerrar los ojos ante los grupos radicales que combaten al régimen de Damasco, dio un giro a su política en Siria y decidió atacar por primera vez al EI.
Desde el viernes, las fuerzas armadas turcas emprendieron varias operaciones contra objetivos del EI en Siria. Además, Ankara autorizó que los aviones estadounidenses utilicen la base de Incirlik, en el sur del país, para bombardear Siria e Irak.
“No queremos ver a Daesh (el acrónimo en árabe del EI) cerca de la frontera turca”, dijo el primer ministro, Ahmet Davutoglu, aunque descartó el envío de tropas terrestres.
Su ministro de Relaciones Exteriores, Mevlüt Cavusoglu, prometió que Turquía participará desde ahora “activamente” en los bombardeos de la coalición.
Contra kurdos. En paralelo a su ofensiva contra el EI, Ankara está llevando a cabo bombardeos contra bases del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en el norte de Irak, tras una serie de ataques mortales contra sus fuerzas de seguridad.
“Turquía seguirá hasta que el PKK deponga las armas”, dijo Davutoglu. “Vamos a continuar nuestro combate (...) hasta que lleguemos a cierto resultado. O las armas o la democracia; ambas no son compatibles”, añadió.
Esta segunda parte de la estrategia turca llevó a la oposición kurda a decir que el Gobierno lleva al país hacia una guerra civil.
Los bombardeos contra los kurdos tampoco agradan a Alemania y Francia, que llamaron al Gobierno a continuar con los esfuerzos de paz y la tregua acordada en el 2013.
Poco después de que empezaran estos bombardeos, el movimiento kurdo anunció el fin de la tregua que respetaba desde 2013 y reivindicó el atentado con coche bomba que mató a dos soldados en el sudeste del país.
Esta ofensiva contra el PKK, paralela a la que se realiza contra los yihadistas, ha levantado muchas críticas. Las milicias kurdas en Siria acusaron este lunes a Turquía de bombardear sus posiciones, a pesar de que estas milicias son la primera línea de la lucha contra el EI en ese país.
“En vez de atacar posiciones de los terroristas del EI, las fuerzas turcas atacan nuestras posiciones de defensa”, denunciaron las Unidades de Protección Popular (YPG) kurdas. “Pedimos al ejército turco que deje de disparar contra nuestros combatientes y sus posiciones”, añadieron.
Un responsable turco negó estas acusaciones. “Es imposible que este pueblo haya sido bombardeado”, dijo un responsable del ministerio de Exteriores.
Turquía teme la creación de una entidad autónoma kurda en Siria que amenazaría su frontera sur. Los kurdos acusan al presidente Recep Tayip Erdogan de complicidad con los yihadistas. El partido de izquierda prokurda HDP acusó ayer al Gobierno de estar llevando al país a una guerra la guerra civil para perpetuarse en el poder.
“El primer ministro en funciones de un Gobierno en funciones lleva el país paso a paso a una enorme guerra civil. Turquía se hunde en las ciénagas de Oriente Medio por los errores de su política siria”, aseguró el copresidente del HDP, Selahattin Demirtas.
“Hemos visto cometer todo tipo de locuras para convertir al gobierno transitorio (el turco) en uno permanente, mediante el pánico”, aseveró el político kurdo.
Demirtas insinuó que la decisión de involucrarse en el norte de Siria y de hacer saltar por los aires el proceso de paz con el PKK fue tomada por el AKP, el partido islamista en el poder desde 2002, que perdió la mayoría absoluta en junio pasado.
“Estas no son políticas del Estado, sino del Palacio (residencia del presidente, Recep Tayip Erdogan, fundador del AKP). El Palacio ha fundado un Estado propio aparte. Tiene sus propios servicios secretos, sus financias, sus fuerzas armadas, su judicatura, sus medios y sus medios sociales”, aseguró el dirigente del HDP.
También el jefe de la oposición, el socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu, acusó a Erdogan de “jugar con el futuro de Turquía”.
Kiliçdaroglu opinó que el AKP está intentando hacer fracasar las negociaciones para formar Gobierno y forzar la repetición de elecciones y neutralizar el éxito electoral del HDP, cuya reciente popularidad en sectores de la izquierda turca quedaría anulada por el reinicio de las hostilidades con la guerrilla.
Según David Romano, de la universidad de Misuri (Estados Unidos), la prioridad turca es clara: primero los rebeldes kurdos y luego los yihadistas. “Ankara mata dos pájaros de un tiro”, asegura este especialista del movimiento kurdo.