Kiev. Ucrania reconoció este lunes que cerca de 9.000 soldados ucranianos habían muerto desde el inicio de la invasión rusa hace seis meses, en un conflicto que no se vislumbra cerca de terminar, que ya ha causado importantes daños humanos y materiales.
“Cerca de 9.000 héroes han muerto”, declaró el comandante en jefe del Ejército ucraniano, el general Zaluzhny, durante una concentración pública. Zaluzhny agregó que había niños ucranianos que requerían atención especial ya que sus padres habían partido al frente y “se encontraban probablemente entre los 9.000 héroes que murieron”.
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La declaración del responsable del Ejército es la primera que se hace sobre las pérdidas militares de Kiev desde abril, luego de que Rusia lanzara una ofensiva militar en febrero. El miércoles, Ucrania celebrará el día de su independencia, que este año coincide con los seis meses de la invasión rusa.
“Creo que estamos ante una guerra de gran escala”, aseguró el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, durante una rueda de prensa en el norte de España en la que anunció que la Unión Europea debatirá crear un gran programa “de entrenamiento y de ayuda a la organización” del ejército ucraniano.
Tras fracasar en su intento de tomar Kiev por la resistencia de las tropas ucranianas, Moscú centró su ofensiva en el sur y en el este del país, donde trata de controlar la totalidad del Donbás, parcialmente ocupado por separatistas prorrusos desde el 2014.
Putin denuncia un ‘crimen vil’
Dos días antes de que se cumplan seis meses de la invasión, los servicios de seguridad rusos (FSB) acusaron a Ucrania de haber matado a Daria Duguina, la hija de un ideólogo cercano al Kremlin, muerta el sábado en la explosión de su vehículo cerca de Moscú.
El “asesinato” de Daria Duguina, hija de Alexander Duguin, “fue preparado y cometido por los servicios especiales ucranianos”, declaró el FSB en un comunicado citado por las agencias rusas. El presidente ruso, Vladímir Putin, calificó el lunes de “vil crimen” la muerte de Duguina, en un mensaje de condolencias publicada por el Kremlin.
Era “una persona brillante y talentosa dotada de un corazón verdaderamente ruso”, añadió. Según el FSB, la persona que puso el explosivo en el vehículo es una mujer ucraniana nacida en 1979 que alquiló un departamento en el mismo edificio donde vivía Duguina. Después del atentado, huyó a Estonia, agregó.
“Ucrania no tiene absolutamente nada que ver con la explosión, porque no somos un Estado criminal”, aseguró el domingo el consejero de la presidencia ucraniana, Mijaílo Podoliak. Alexander Duguin, de 60 años, es un intelectual y escritor ultranacionalista, que apoya firmemente la invasión rusa de Ucrania, como lo hizo su hija.
La inculpación amenaza con elevar aún más la tensión entre ambos países, en un momento en que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, advirtió de que Rusia podía estar preparando algo particularmente “cruel” para esta semana. El domingo, Zelenski precisó que Rusia podía tomar la medida provocadora de enjuiciar a soldados ucranianos capturados durante el asedio de Mariúpol, en el sur del país.
Aniversario de la independencia
“Si este despreciable juicio se realiza, si nuestra gente es llevada a estos escenarios violando todos los acuerdos, todas las reglas internacionales, habrá abusos”, sostuvo Zelenski en un mensaje nocturno. “Esa será la línea a partir de la cual no habrá negociación posible”, agregó.
El consejero de la presidencia Mijaílo Podoliak también había advertido de que Rusia podía intensificar sus bombardeos los días 23 y 24 de agosto. Ante estos temores, las autoridades de Kiev anunciaron la prohibición de cualquier manifestación pública del 22 al 25 de agosto y en Járkov, la segunda ciudad ucraniana, el gobernador anunció un largo toque de queda.
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La invasión de Ucrania ha puesto patas arriba el mercado energético mundial y el conflicto ya tiene consecuencias en el aumento de los precios de la energía y la escasez de alimentos. Ante la perspectiva de los termómetros en caída, los europeos se preparan para un invierno difícil por la escasez de gas proveniente de Rusia.
El lunes, Bulgaria dijo que estaba buscando negociar con el gigante ruso Gazprom. El país depende casi totalmente de Rusia para su consumo anual de 3.000 millones de metros cúbicos de gas natural. “Obviamente tenemos que recurrir a ellos”, manifestó el ministro de Energía, Rosen Hristov.