Kramatorsk. Ucrania afirmó este lunes que las fuerzas rusas están preparando una ofensiva a gran escala en la región oriental del país, donde nuevos bombardeos causaron la muerte a tres personas en la segunda mayor ciudad ucraniana.
Los ataques contra Járkov, en el noreste de Ucrania, se producen en medio del temor de Europa a mayores cortes en el suministro de gas desde Rusia. El gobernador regional de Járkov, Oleg Synyegubov, dijo que los ataques rusos apuntaron contra “edificios civiles - un centro comercial y bloques residenciales”.
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“Treinta y una personas fueron hospitalizadas, incluyendo un niño de cuatro años y un muchacho de 16 años. Las víctimas sufren principalmente heridas de esquirlas. Tres personas murieron”, afirmó este responsable en un comunicado.
Este ataque, a primera hora de la mañana, es el último de los bombardeos con que los rusos castigan al este de Ucrania. Los socorristas ucranianos indicaron este lunes que 26 personas murieron en los bombardeos rusos el fin de semana contra un complejo residencial en Chasiv Yar, en la región de Donetsk.
“En total, 26 personas fueron halladas y extraídas de los escombros desde el inicio de los trabajos, y nueve personas fueron rescatadas”, indicó en Facebook la oficina local del servicio ucraniano de situaciones de emergencia. Los socorristas no precisaron cuántas personas se encontraban aún bajo los escombros.
Matar de ‘forma deliberada’
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, prometió en su discurso que los autores serían llevados ante la justicia. “Todos los que dan órdenes para tales ataques, todos los que los llevan a cabo apuntando a nuestras ciudades, a las zonas residenciales, matan de forma absolutamente deliberada”, dijo.
Por su parte, el portavoz del ministerio ruso de Defensa, Igor Konashenkov, afirmó el lunes que “más de 300″ combatientes ucranianos murieron en un bombardeo ruso cerca de Chasiv Yar, pero no indicó la fecha en la que ello se produjo.
El Ejército ruso, que reivindicó a principios de mes haber tomado el control de la región de Lugansk, busca ahora hacerse con Donetsk, lo que le permitiría controlar toda la cuenca minera del Donbás. Aunque la región del Donbás estaba bajo un persistente bombardeo, hubo una pausa en la ofensiva terrestre rusa, según el Estado Mayor ucraniano.
Sin embargo, advirtió que las tropas rusas están probablemente planeando uno de los más masivos ataques realizados hasta ahora contra la región de Donetsk. “Hay indicios de que las unidades enemigas preparan intensificar las operaciones de combate en dirección de Kramatorsk y Bakhmut,” indicó el Estado Mayor, refiriéndose a dos ciudades aún bajo control ucraniano.
Moscú está avanzando de manera lenta pero firme en el este de Ucrania, pese a la feroz resistencia de combatientes locales, a diferencia de su fracaso en tratar de controlar la capital Kiev, al inicio de la invasión a fines de febrero.
Este lunes, Rusia anunció que facilita el acceso a la nacionalidad rusa a todos los ucranianos, ampliando una medida que hasta el momento solo se aplicaba a los territorios de Ucrania ocupados por sus fuerzas, según un decreto firmado por el presidente Vladimir Putin.
‘En ningún lugar a salvo’
Según el secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa ucraniano, Oleksiy Danilov, afirmó que la llegada de armas desde Occidente —en particular artillería de largo alcance y de gran precisión— “ya está cambiando el curso de la guerra”.
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Observadores del conflicto informaron sobre ataques de larga distancia contra municiones rusas y depósitos de armas decenas de kilómetros detrás de la línea del frente de batalla. Pero la inmensa mayoría de los ucranianos vive con miedo permanente de ataques rusos.
En Bucha, una ciudad en los alrededores de Kiev, Maxim, diseñador de web de 36 años, estaba sentado en la mesa con su familia en el exterior de su casa, exactamente en el mismo lugar donde hace tres meses soldados rusos irrumpieron y registraron hasta la habitación de sus hijos.
“Parece que nada ha ocurrido y que la vida es normal. Pero sabemos que hay una guerra y que no hay ningún lugar en Ucrania donde estemos a salvo”, afirmó.
Preocupación por el gas
En Europa, en tanto, los temores están relacionados con el futuro de los suministros de gas. El gigante ruso Gazprom comenzó en la mañana del lunes los trabajos de mantenimiento en el gasoducto Nord Stream I, que transporta gran parte del gas que aún suministra a Alemania y a otros países de Europa occidental.
Como una advertencia, Gazprom redujo sus envíos de gas a Italia y Austria, sin precisar si la decisión estaba directamente vinculada con los trabajos en Nord Stream 1. “Hay numerosos escenarios en los que podríamos vernos sumergidos en una situación de emergencia”, advirtió el lunes el presidente de la Agencia Federal de Redes alemana, Klaus Müller, en la televisión ZDF.
Rusia, argumentando un problema técnico, ya recortó en las últimas semanas en un 60% las entregas de gas a través de Nord Stream, una decisión denunciada como “política” por Berlín.